El coste de los cítricos en otros mercados

Centroeuropa paga la clemenules siete veces más cara que su precio en origen

Las clementinas cultivadas en Castellón rondan los tres euros en tiendas de Alemania

El sector primario atribuye la diferencia a la distribución por su posición dominante 

Una conocida cadena de supermercados alemana, con las clemenules a 2,99 euros por kilo.

Una conocida cadena de supermercados alemana, con las clemenules a 2,99 euros por kilo. / IVÁN CHECA

Iván Checa

Iván Checa

Los supermercados centroeuropeos hacen caja con la venta de cítricos cultivados en Castellón. Variedades como la clemenules, que supone más de la mitad de los cítricos producidos en la provincia, se distribuyen en tiendas del viejo continente hasta siete veces más caras que el importe que ingresa un agricultor de la provincia por el cultivo de los agrios.

Muestra de ello son los lineales de un conocido supermercado de la ciudad alemana de Düsseldorf, donde hace apenas unos días se podían encontrar las clementinas llegadas hasta allí desde suelo castellonense a 2,99 euros por kilo.

En la provincia

Dicho importe duplica el precio al que las clementinas se pueden encontrar en las grandes superficies de alimentación de la provincia, donde ronda los 1,48 euros por kilo, más allá de las variaciones que se registren según la calidad de los agrios.

Ahora bien, la diferencia más notable surge al comparar el precio de los lineales con el que registra en origen. La Mesa de Precios de Cítricos del Consulado de la Lonja de València fija el importe medio al que el agricultor vende el kilo de clemenules en 0,42 euros. No obstante, hay quien llega incluso a vender su producción por 0,30 euros por kilo en el peor de los casos, mientras que las mejores retribuciones se sitúan en estos momentos alrededor de los 0,55 euros.  

No son malos precios pues, como recogió este diario, resultan altos e incluso llegan a ser inéditos en una campaña que apunta a ser la más corta de los últimos diez años. Aún así, los ingresos del agricultor castellonense son hasta siete veces inferiores que el importe bruto que acaba recibiendo la gran cadena de distribución centroeuropea. En el caso de los supermercados castellonenses, la diferencia cae a la mitad, siendo de tres veces y media menos.

Motivos de la disparidad

Esta disparidad, en una parte, viene motivada por los costes logísticos u otros factores como el valor de marca. Ahora bien, dejando de lado estas cuestiones, el secretario general de la Unió Llauradora i Ramadera, Carles Peris, considera que «sí que se aprecia en la cadena agroalimentaria que la diferencia de precio entre lo que recibe el agricultor y lo que paga el consumidor es mucha».

El dirigente de la entidad que representa al sector primario en la Comunitat Valenciana y la provincia añade sobre el debate de los costes que «la inflación todavía está alta y junto al déficit productivo hace que los precios de venta al público sean altos», si bien matiza que «los supermercados siempre aplican todas las subidas en la cadena al consumidor, lo que da lugar en muchos casos a diferencias de precios que resultan exageradas», declara Peris.

Una situación que el secretario general de la Unió atribuye principalmente a la «posición de dominio» dentro de la cadena agroalimentaria que poseen los supermercados «al acaparar la salida del producto fresco, en este caso del 70%, lo que permite que pongan el precio que quieran», sentencia Peris sobre un debate más que se suma a otra lista de problemas que arrastra el campo: plagas, relevo... 

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