TESTIMONIO

Montse Medina (39 años): «Trabajaba de ingeniera y lo he dejado todo por el Señor»

Es aspirante a monja y acaba de llegar a una congregación a Benicàssim

Montse Medina, con las hermanas de Benicàssim.

Montse Medina, con las hermanas de Benicàssim. / Mediterráneo

Montse Medina (39 años, de València) es la segunda de cinco hermanos y acaba de ingresar como aspirante --primer paso a monja-- en la Congregación de la Sagrada Familia de Nazaret, donde ha encontrado «un hogar donde seguir» a Dios, en Benicàssim. «Soy ingeniera y tenía un buen trabajo estable, antes de dejarlo todo por el Señor. Más que una decisión, esto es una llamada que existe desde siempre. Cuando el Señor me creó, ya tenía este plan para mí, y consideró que era mejor que viese el mundo antes de esta misión», reflexiona. En concreto, Montse explica que «fue durante el confinamiento del covid, cuando tenía 35 años, cuando entendí por fin que la felicidad por la que siempre había estado luchando tanto solo iba a encontrarla con Él».

Montse, con otra religiosa de Varsovia, en València.

Montse, con otra religiosa de Varsovia, en València. / Mediterráneo

Oratorio, visita a ancianos de la residencia, etc.

Teniendo «gran anhelo por la oración», ha hallado la Voluntad divina en una congregación apostólica dedicada a la pastoral familiar. En su día a día, puede participar en clases de Oratorio en el Colegio Diocesano o visitar a ancianos de una residencia del pueblo. «Son actividades donde asistimos al Señor a través del prójimo, sin olvidar un buen balance con la oración diaria», relata. 

Diurnal para orar y medalla conmemorativa que ha recibido Montse.

Diurnal para orar y medalla conmemorativa que ha recibido Montse. / Mediterráneo

Solo buscamos a Dios para resolver problemas y esto es un error

Acerca de la falta de vocaciones, considera : «Más bien diría que hay crisis de Dios. Hemos distorsionado su imagen, nos hemos olvidado de su amor, de su misericordia. Solo le buscamos para que nos resuelva nuestros problemas (tentándole diciendo ‘Si es que existes haz esto por mí’). No vemos la necesidad que tenemos de Él para que sane nuestra alma, dejarnos amar y que nos cuide».

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