Primera RFEF | Semifinal contra el Deportivo

CD Castellón | Manual de instrucciones para jugar un play-off en Castalia

Sergi Escobar y Jordi Marenyà, entrenador y capitán de la última promoción exitosa en Castalia, comparten la experiencia

El capitán Marenyà, en los instantes previos al Castellón-Portugalete, en un Castalia lleno.

El capitán Marenyà, en los instantes previos al Castellón-Portugalete, en un Castalia lleno. / Gabriel Utiel

Enrique Ballester

Enrique Ballester

El último partido de play-off que albergó Castalia se celebró el 24 de junio de 2018 y culminó con el festejo del ascenso a Segunda División B. Cinco años después y en la antesala del Castellón-Dépor del domingo, Sergi Escobar y Jordi Marenyà, entrenador y capitán de aquel equipo que sacó al club de Tercera, desgranan en Mediterráneo las claves de la gestión futbolística y extrafutbolística de una promoción de ascenso.

En junio de 2018, Marenyà acababa de cumplir 27 años. Capitán del Castellón desde los 21 en una de las épocas más convulsas en la historia del club, acumulaba un capazo de cicatrices por el cuerpo. Debutó en Segunda con 18 años y sufrió la caída administrativa a Tercera. Con el Castellón, jugó y perdió play-offs en 2013 (en la prórroga), 2016 (en los penaltis) y 2017 (en el último minuto del tiempo de descuento). Convertido en referencia dentro y fuera del campo, en el play-off de 2018, Marenyà «sentía que era el momento».

Marenyà, saltando al campo para calentar el día del ascenso a Segunda B.

Marenyà, saltando al campo para calentar el día del ascenso a Segunda B. / Manolo Nebot

La experiencia

«La experiencia te da más poso, más tranquilidad. Sabes que las eliminatorias son muy largas y aprendes a sobrellevar la presión», comenta ahora Marenyà. En aquellos años, lo habitual era encarar el play-off desde la ansiedad, más que desde la ilusión. «Había más necesidad de subir y una situación más complicada en lo económico. Ahora no se tiene esa urgencia, pero sigue habiendo una afición detrás que merece estar una categoría superior», matiza. «La exigencia existe igual aunque juegues contra otro histórico», añade el excapitán.

Celebración del 1-0 de Colomer contra el Portugalete, en el ascenso del 2018.

Celebración del 1-0 de Colomer contra el Portugalete, en el ascenso del 2018. / G. B. / Mediterráneo

La responsabilidad

En Tercera, el contraste entre el sueldo y la responsabilidad que supone jugar en el Castellón era todavía mayor. ¿Cómo lo vivía el jugador? Habla Marenyà: «Yo esas semanas intentaba evadirme, no hacer nada especial. Estar entretenido con otras aficiones que podía tener, con los amigos... Lo mismo que el resto del año. A la vez, quieres que llegue rápido el partido. A mí me ayudaba visualizar la victoria. Era escéptico con eso al principio, pero fue algo importante. Visualizaba y, después de tantos chascos, veía que era la hora, estaba seguro. Cuando llegaba el partido estaba convencido».

La gestión de la presión

¿Y ese día en concreto sobre el césped? «Has de tener claro que jugar con 15.000 personas apoyándote es una suerte. Es cierto que existe una presión añadida, pero hay que convertirla en algo positivo. El clima hostil es para el Deportivo, desde la llegada del autobús, y hay que tratar de aprovecharlo y hacer daño en los primeros minutos. Luego no hay que volverse loco, porque con un gol se pasa... Empezar haciendo las cosas fácil, coger confianza... Son partidos muy bonitos y he podido disfrutarlos. Creo que sacaban lo mejor de mí y de muchos compañeros que conseguimos aprovechar el empuje de la gente, y ojalá el domingo también lo consigan», finaliza.

Celebraciones en el vestuario, donde Castells le rapó la cabeza.

Celebraciones en el vestuario, donde Castells le rapó la cabeza. / G. B. / Mediterráneo

Desde el banquillo

El entrenador de aquel equipo era Sergi Escobar. «Después de diez meses de competición, de altibajos y de tanto desgaste, el factor clave es tocar la tecla emocional, más allá de cualquier cuestión táctica», indica. 

Escobar, tras el pitido final, junto a su cuerpo técnico.

Escobar, tras el pitido final, junto a su cuerpo técnico. / G. B. / Mediterráneo

En aquel ascenso contra el Portugalete, Escobar sorprendió dando la titularidad a Ximo Forner y David Colomer, dejando en el banquillo a Javi Rubio y Javi Serra, que eran dos de los fijos. «Son decisiones que si salen mal te matan, pero salieron bien. Creo que es una de las claves, porque son partidos distintos: acertar cuáles son los jugadores óptimos, ver quién está mejor física y mentalmente sin pensar en el resto del año», explica.

Escobar, que considera que el Castellón «compitió bien» en Riazor, apunta otras claves de cara a la segunda cita. «Es una semana para liberar tensiones. Charlas individuales con los jugadores, darles cariño... Ser muy concreto con ellos en las indicaciones. Hacer una semana casi lúdica, porque ya arrastran mucha carga física, para que lleguen lúcidos al partido», razona. «También hay que reforzar lo que se ha hecho bien y jugar con las experiencias previas del rival, en este caso sus problemas a domicilio. En resumen, naturalizar la situación, aun sabiendo que son partidos que pueden quedar en la memoria, y dejar volar al futbolista». 

El entrenador de Almassora, manteado por la afición tras el ascenso.

El entrenador de Almassora, manteado por la afición tras el ascenso. / Manolo Nebot

Más de 13.000 entradas vendidas para el partido

El Castellón ya ha vendido más de 13.000 entradas (sobre un aforo oficial de 14.485) para el partido del domingo (Castalia, 18.00 horas) contra el Deportivo de la Coruña. Se han agotado las entradas en los dos Goles bajos y el objetivo sigue siendo el lleno en el estadio.

La venta presencial continúa en las oficinas del Estadio Castalia para el público en general. Los abonados también pueden conseguir las entradas en la web, de forma telemática.