CD CASTELLÓN

Todo lo nuevo a lo que Schreuder tiene que acostumbrarse en el Castellón

El neerlandés se adapta a unas circunstancias, futbolísticas y extrafutbolísticas, totalmente desconocidas para él

Todo lo nuevo a que Schreuder tiene que acostumbrarse en el Castellón

Todo lo nuevo a que Schreuder tiene que acostumbrarse en el Castellón / CD CASTELLÓN

Juan Francisco de la Ossa

Juan Francisco de la Ossa

Cuando nos referimos a un proyecto que empieza, con tantos cambios estructurales como el que Haralabos Voulgaris ha impulsado esta temporada en el CD Castellón, solemos referirnos al proceso de adaptación de los fichajes, máxime cuando estamos hablando de que 10 de las 14 incorporaciones proceden del extranjero y cuando en el vestuario del Estadio Castalia han comenzado a convivir futbolistas seleccionables por hasta una decena de combinados nacionales. Con todo, estamos olvidando una parte esencial de esta compleja ecuación: el director, el jefe de estos recursos humanos tan heterogéneos, cumple el mismo patrón que sus futbolistas.

Dick Schreuder viene de firmar un sobresaliente papel en el Zwolle, al que devolvió a la primera división neerlandesa con unos resultados y una propuesta gracias a la cual el propietario y presidente greco-canadiense le ha firmado por cuatro años. Se trataba de su primera aventura como primer entrenador, tras muchos años como auxiliar en los propios Países Bajos, pero también en Inglaterra, Alemania o Estados Unidos. Nada comparable, desde el punto de vista de las categorías, el fútbol que se practica y el contexto (social, económico, geográfico, meteorológico...) a lo que es la Primera Federación española.

El partido del domingo como ejemplo

Ya de forma pública, Schreuder se ha mostrado sorprendido del nivel de este tercer escalón del balompié patrio, como sufrió en sus carnes en Antequera: en un duelo entre el colista y el líder, entre un recién ascendido y otro que se quedó a poco más de media hora de subir a Segunda, el resultado fue de empate, fiel reflejo del equilibrio de fuerzas de El Maulí. Y es ahí, en el estadio, más propiamente dicho en el terreno de juego, donde hay que encontrar otra de las grandes diferencias con la Eerste Divisie de la que procede.

Esos campos...

Porque césped en mal estado como el del campo malagueño es otro de los factores a los que deberá aclimatarse, ya que impide el fútbol fluido que Schreuder propone. Seguramente, de haber podido elegir el reparto de grupos, el técnico de Barneveld habría elegido ciegamente el primero, por las condiciones ambientales en las que juegan los equipos vascos, navarros, gallegos, riojanos...

Y, desde luego, estos cuatro primeros rivales del Castellón han tratado de jugarle de tú a tú, a la espera de adversarios de un perfil más conservador --y también con otro tipo de armas-- que traten de sabotear ese fútbol que tan bien entra por el ojo del aficionado.

Muchas horas fuera de casa

Y aunque pueda parecer un aspecto superficial, están los desplazamientos, que en los Países Bajos son cómodos y rápidos, ya que allí no suelen exceder de las tres horas... cuando, esta temporada regular, el más corto de los viajes que esperan a los albinegros, ronda ese tiempo lo que obliga a pernoctar lejos del hogar.

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