La crónica | El Castellón cae en Mérida, pero conserva el liderato (2-1)

El Castellón perdió en Mérida y encadena tres jornadas sin triunfos. El equipo albinegro conservó el liderato, pues el Ibiza no puntuó este domingo en Linares. Falto de la lucidez y de la frescura mostrada en la primera vuelta, el equipo de Dick Schreuder arrastró en tierras extremeñas la espesura de las últimas jornadas. Cuando despertó, ya había concedido en demasía. Era tarde.

Este sábado, en el Estadio Romano José Fouto, el Castellón empezó el partido desplegando sobre el verde un catálogo de buenas intenciones. Tuvo movilidad, tuvo ritmo en la circulación y tuvo anchura y dinamismo. El problema es que duró unos cinco minutos. El propósito se difuminó en cuanto el Mérida, un equipo en zona de descenso, espabiló un poquito, apretó algo más alto y encadenó victorias en duelos y disputas. Con una facilidad preocupante, el Castellón perdió el hilo y le costó recuperarlo muchísimo. Cuando lo hizo, fue de un modo ineficaz y discontinuo.

Final | El Castellón sucumbe en Mérida (2-1)

Imprecisos

De imprecisión en imprecisión, el equipo de Dick Schreuder se fue empequeñeciendo durante un primer tiempo decepcionante. Los albinegros, que gustan de ser protagonistas y que ni siquiera suelen necesitar de un juego bonito para amasar oportunidades, pasaron de puntillas por los primeros 45 minutos. Es difícil imaginar un escenario más plácido para Palomares, el portero del Mérida. El Castellón no lo exigió en ningún momento. Como mucho, asomó en el área en algún acercamiento tímido.

Tímido arrancó también el Mérida en ataque, pero se lo fue creyendo poco a poco, descubriendo que el líder no era tan fiero y acumulando méritos en el césped. Sobre el cuarto de hora de juego botó tres saques de esquina consecutivos, un dato interpretable como síntoma. Cada vez más cómodo, el conjunto local picoteó el área de Gonzalo Crettaz. Cada aviso era un poco más serio que el anterior, hasta que el golpe se consumó en una secuencia de tres minutos.

El 1-0

En el 37’, el Mérida aprovechó una pérdida en la salida y Busi obligó a intervenir a Gonzalo, que envió la pelota a córner. De la continuación del córner, en el 38’, se pasó al desdichado penalti por mano de Villahermosa. Y la pena máxima se convirtió en el 1-0 porque el local Chuma encontró la red por bajo, con un disparo durísimo.

Nadie podía decir que el 1-0 no fuera justo. El Castellón estaba reincidiendo en muchos de los errores de la pasada jornada, y las novedades en el once no daban el vuelo necesario al colectivo. Las dos alas --Raúl Sánchez y Douglas Aurélio-- aparecían más ayudando en la parcela defensiva que en el campo ajeno. La tercera novedad, Villahermosa, no corrigió en este primer acto ninguno de los déficits de control y creatividad que venía mostrando el centro del campo. La desconexión de los atacantes con el resto del equipo hablaba por sí sola.

Segundo tiempo

El escenario exigía una reacción para el segundo tiempo, ya fuera de actitud, de esquema o de sustituciones. Schreuder movió la primera pieza, y Moyita relevó a Calavera para reordenar la medular albinegra. El paisaje no mejoró. Al contrario.

En menos de cinco minutos Moyita ya había perdido dos balones. Pero la pérdida crucial la cometió el portero Gonzalo. Ocurrió un día tenía que ocurrir, y nunca es buen momento para que ocurra. Un error en el juego de pies allanó el camino al 2-0, que marcó a placer Juanjo Sánchez.

La respuesta

Era el minuto 52, y el Castellón respondió enseguida. Apenas tres minutos después, Medunjanin embocó con la zurda un buen centro de Raúl Sánchez, marcó el 2-1 y los albinegros tomaron aire.

Sin tiempo para que cuajara la nueva realidad, Schreuder agitó el árbol con un triple cambio acentuando un cierto desorden. El partido transitó entonces por el alambre. Pudieron marcar ambos, pero al final no marcó nadie.

No marcó para sentenciar el Mérida, en el baile de la ida y vuelta y las ocasiones. En el minuto 65, Mizzian perdonó en una situación favorable. Más clara fue la doble oportunidad del minuto 88: primero Gonzalo se agigantó para tapar un chut franco de Álvaro Juan, y a continuación Moyita se entretuvo tanto que el larguero evitó el gol en el rechace.

No marcó tampoco el Castellón, que persiguió el empate. Ya había entrado el ariete Veldwijk para fijar a los centrales, y a su vera encontró algún espacio Jesús de Miguel. El mejor socio fue el extremo Traoré, que estiró la lona por el flanco diestro. En el 82’, los dos hilvanaron la jugada con una pared en el área, pero Traoré no acertó en el remate. Aún más clara fue la última, la de De Miguel en el minuto 93: Traoré enroscó un caramelo en el aire y Demi pifió la definición a medio metro de la línea de gol.

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La escena confirmó la derrota albinegra, las tres jornadas sin ganar y los dos puntos de los últimos nueve, y dejó dos cosas en el aire: el liderato y una pregunta: ¿Hay que preocuparse?

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