La aprobación el año 2016 de la Estrategia de Desarrollo Urbano y Sostenible (EDUSI) de Burriana ha supuesto una inyección económica sin precedentes en la historia de la ciudad. Con una inversión total de 10 millones de euros, la localidad afronta proyectos de gran envergadura, orientados a mejorar el entorno, favorecer la movilidad sostenible, crear nuevos espacios de encuentro y avanzar hacia una sociedad más tecnológica y conectada. Burriana fue seleccionada en la primera convocatoria, tras un esfuerzo conjunto entre los diferentes departamentos técnicos y concejalías y, desde entonces hasta ahora, se ha conseguido implementar alrededor del 50% de la asignación concedida, lo que significan unos cinco millones ya destinados a numerosos planes financiados de manera compartida entre las ayudas Feder y el propio consistorio. 

Al respecto, la alcaldesa, María Josep Safont, dice que «con la llegada de estas subvenciones europeas somos más verdes y, además, ha supuesto un cambio en los hábitos de los burrianenses, gracias a la ejecución del anillo de salud con el que se puede ir andando hasta el mar».  

Movilidad urbana sostenible

Burriana ha avanzado en la habilitación del anillo saludable de la ciudad. ISABEL CALPE

Las características físicas de la capital de la Plana Baixa son totalmente favorables para potenciar el uso de transportes no contaminantes como la bicicleta. Por eso, uno de los proyectos que se consideró vital era la conexión entre el casco urbano y el Grau, a través de una ruta ciclopeatonal, con la que además se ha conseguido avanzar en el anillo saludable que se complementa con el ya ejecutado de la carretera del puerto. Con una inversión de 769.730,40 euros, han hecho realidad un recorrido de 1,2 kilómetros que cuenta con espacio para peatones, ciclistas y dos carriles para la circulación de vehículos. Por otro lado, también se ha mejorado el acceso y creado más espacios de aparcamiento en la estación ferroviaria, con un presupuesto de 188.064 euros.  

Regeneración de espacios naturales 

La recuperación del Clot de la Mare de Déu de Burriana es uno delos objetivos del Ayuntamiento. ISABEL CALPE

En verano del año pasado se concluyó la segunda fase del proyecto de regeneración del Clot de la Mare de Déu. Un paraje natural municipal de gran belleza pero degradado, entre otros motivos, por la aparición de especies invasoras. Tras la eliminación en profundidad de la caña americana, por parte de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), con las ayudas europeas se ha replantado, con un coste de 30.000 euros, más de 2.000 plantas arbustivas y helófitas para el bosque de ribera. Otro de los ejes futuros será la transformación del Arenal en un parque urbano, donde el espacio público será la tónica dominante y en el que ya se trabaja el apartado de la consulta a la ciudadanía. 

Turismo y rescate del patrimonio 

La ciudad cuenta con siglos de historia a sus espaldas y un rico patrimonio arquitectónico por recuperar para potenciar el turismo. Dentro de este objetivo cultural, los Feder han posibilitado la recuperación del refugio antiaéreo en el camí d’Onda, con una inversión de 88.600 euros, que durante el verano pasado acogió las primeras visitas. Otra de las actuaciones que ha cambiado la fisonomía del acceso norte de la localidad es el Jardí de Sant Blai. Esta reforma ha supuesto una nueva vida para este entorno que en los últimos años se utilizaba como párking. Con 465.000 euros de gastos han impulsado la creación de una plaza y la puesta en valor de los restos arqueológicos encontrados en las obras. El enclave está pensado para ser lugar de encuentro en las fiestas patronales del mes de febrero. La realización de un nuevo plan para el Museo Arqueológico y la rehabilitación de la Casa de la Cultura son iniciativas en trámite que se impulsarán en 2021. 

Actuaciones en barrios olvidados 

En el barrio de la Bosca de Burriana se impulsa un bulevar con aceras más amplias y mejor iluminación. ISABEL CALPE

El Ayuntamiento ha apostado por destinar buena parte de los fondos europeos a regenerar el barrio de La Bosca. Es una zona de la ciudad que ha estado olvidada durante muchos años y que a través de la Edusi cobra especial relevancia. Con un planeamiento de intervención global, a desarrollar en diversas fases, comenzaron con el impulso de un bulevar en la calle La Bosca, con aceras más amplias, nuevo mobiliario urbano y mejor iluminación con el fin de reconvertir integralmente la zona. 

Esta intervención contó con alrededor de 700.000 euros y supuso el punto de partida para realizar más acciones reflejadas en el estudio diagnóstico sobre el perfil del barrio, que plantea medidas concretas para reducir las bolsas de marginalidad, potenciar la resolución de conflictos sociales, mejorar la estética urbana de esta área y favorecer la inclusión social del vecindario que esté en una situación de pobreza.

Asimismo, dentro de este epígrafe, también se encuentra la idea de remodelar el antiguo ambulatorio para concentrar en un solo espacio todos los departamentos del área de Servicios Sociales municipal. La cesión del inmueble para los próximos 30 años por parte del Gobierno ha sido clave para obtener el dinero de los Feder y ya están en marcha las reformas, estimadas en cerca de 1,4 millones de euros.  

Vista puesta en los ‘Next Generation’

Tras la experiencia obtenida en la gestión de esta convocatoria de fondos europeos, valorada como «muy positiva», el equipo de gobierno y los técnicos municipales ultiman la petición de incluir proyectos de futuro a las ayudas Next Generation. De hecho, tienen previsto durante los próximos días anunciar diversas propuestas perfiladas para el futuro. Desde el consistorio apuestan, sin duda, por no perder la oportunidad de obtener de nuevo el respaldo de la UE para llevar a cabo nuevos planes que serían difícilmente asumibles solamente con recursos propios.