Pau Francisco Torres es una de las piezas más codiciadas en estos momentos del planeta fútbol. Sus prestaciones en el Villarreal CF, su titularidad indiscutible en la selección española --con el escaparate que ello supone--, su calidad, su condición de zurdo y, sobre todo, su juventud (23 años) han provocado que grandes de la Europa futbolística pretendan sus servicios. Si en su día fueron el Barcelona y el Arsenal inglés, ahora es el Real Madrid que ha tomado la delantera en su lucha por hacerse con los servicios de un jugador que cuesta 50 millones de euros, su cláusula.

Tanto el presidente amarillo, Fernando Roig, como el consejero delegado, Roig Negueroles, no han ocultado nunca que con el Villarreal se puede negociar... pero en esta ocasión los dirigentes del club de la Plana Baixa se remiten única y exclusivamente a la cláusula de rescisión de uno de los valores al alza más preciados con los que cuenta en estos momentos.

PISA EL ACELERADOR / En los últimos meses, el Real Madrid ha tomado la delantera en la lista de pretendientes de Pau. Ya el pasado verano, durante las negociaciones de cesión del japonés Takefusa Kubo, el conjunto blanco preguntó por la posibilidad de incorporar al zaguero natural de Vila-real. La respuesta del Villarreal fue la misma: «La cláusula de rescisión».

EL CONTRATO / El defensa groguet renovó el pasado octubre del 2019 hasta el 30 de junio del 2024, aumentando considerablemente sus emolumentos y, paralelamente, incrementándose la cláusula de rescisión por su salida, la cual es de 50 millones y que cuenta con una serie de variables que puede alcanzar hasta los 65 millones en función del tramo del mercado en la que se deposite la misma.

MEJORÍA DE LAS RELACIONES / Dada la crisis económica originada por el coronavirus, que ha obligado a los clubs a recortar sus presupuestos considerablemente, el Real Madrid se ha dedicado a capitalizarse y a no hacer dispendio alguno en cuanto a fichajes en el presente ejercicio, haciendo caja además con los traspasos de futbolistas como Reguilón (30 millones al Tottenham) y Achraf Hakimi (40 millones al Inter de Milán).

Es por ello que el club blanco, cuyas relaciones con el Submarino se han vuelto a restablecer --estaban estancadas--, pretende incluir jugadores de su actual plantilla en una hipotética operación. Pero el Villarreal lo tiene claro: «O la cláusula, o nada».