LA CLAVE POLÍTICA

Montesquieu se tira de los pelos

Cristina Fernández

Cristina Fernández

Ya pasó la Navidad, una fecha para estar con la familia, sin preocupaciones, más que las de disfrutar con tus seres queridos. Y sin acabar las celebraciones, se aproxima el Año Nuevo donde todos esperamos que sea mejor que el 2022 y no porque acaba una pandemia como pedíamos en años anteriores, sino porque nuestra democracia y nuestro Estado de Derecho son los que están viviendo su propio coronavirus. Se encuentran en grave peligro, nunca lo habían estado tanto desde que se instauró la Constitución y los diferentes órganos estatales. Si Montesquieu levantara la cabeza y viera lo que el sanchismo le está haciendo a la división de poderes se tiraría de los pelos. Como si de un Estado Bolivariano se tratara, Sánchez intenta controlar todos los órganos como está haciendo con el Tribunal Constitucional con el que intenta llevar a cabo las barbaridades que le piden sus socios separatistas.

Este golpe del sanchismo a nuestro país no lo hace en octubre, no, lo hace en Navidad cuando todos estamos disfrutando de esta fechas. El sanchismo aprovecha para iniciar su estrategia de control autoritaria de todos los órganos del Estado. Pero el sanchismo no es solo Sánchez, también son todos los barones y miembros del partido socialista que como Ximo Puig callan cuando ven a su jefe votar por la puerta de atrás un Código Penal hecho a su medida para sus propios intereses. ¿Dónde están los socialistas de la época de Felipe González que respetaban las instituciones del Estado?

Estamos profanando las instituciones, y al final nos va a pasar factura. Y esto también se plasma en el Ayuntamiento de Benicàssim, donde parece que al gobierno de Susana Marqués no le gustan las preguntas de la oposición en el pleno y nos contestan con juicios de valor, personales y fuera de lugar. La verdad es que no nos imaginamos contestación similar por parte de ninguno de los miembros de los gobiernos actuales en ninguna institución pública, donde debe primar el rigor y hay que dejar los debates para las sesiones plenarias. A un concejal en democracia se le presupone un saber estar propio de su cargo, al igual que se le presupone la valentía al soldadito español, sin embargo parece que preguntar es ofender y hay que comportarse como si estuviésemos en el patio de un colegio y no en una institución pública seria. Quienes han leído este tipo de respuestas y están vinculados a la acción política nos argumentan que es imposible que una concejala del PP haya respondido con semejante despropósito, ya que este estilo es más propio de otros partidos. Pues parece que, en este caso, el modus operandi de los partidos también varía. Personas que están al frente de la gestión pública y que, en vez de limitarse a responder una simple pregunta solo se les ocurre atacar, tienen todavía mucho que aprender: nosotros en esta ocasión, ya hemos aprendido lo que nunca hay que hacer. Espero que nuestro amigo Montesquieu descanse en paz.

Portavoz de Ciudadanos en la Diputación y en Benicàssim

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