COSAS MÍAS

Pestes y piratas

Desde 1507 los ‘llibres de consells’ documentan brotes de peste que obligan a poner guardias en los portales de la villa

Antonio Gascó

Antonio Gascó

El conflicto de la guerra las Germanías comienza a fraguarse por las hambrunas de 1516, acaecidas por la escasez de trigo en todo el reino de Valencia y más en particular en la capital. En uno de los excelentes cuadros de Traver Calzada, que embellecen el vestíbulo del palacio de la Diputación Provincial de Castelló, aparece un sobrecogedor texto que el pintor de Burriana copió, caligráficamente, del documento original de la época guardado en el archivo de la Universidad Literaria de Valencia, en el que puede leerse: «No vull oblidar que la gent tenia tanta pobresa que se morien infinits pobres, així de homes com de dones i moltes creatures que era tota gran pietat. La gent cridava, fam, fam…». Es un testimonio que el artista liga con el inicio de la guerra de las Germanías que representó en el luneto terminal del gran lienzo de referencia. Desde 1507 los llibres de consells de la municipalidad castellonense documentan brotes de peste que obligan a poner guardias en los portales de la villa que estén activos, mandándose que se cierren los demás. Una década más tarde, la peste vuelve a manifestarse en todo el reino y singularmente en la capital, diezmando a la población. 

Desembarcos piratas

Por si fuera poco, se tienen noticias de que, aprovechando el momento de infortunio, se producen desembarcos piratas en las costas para hacer prisioneros a los que vender como esclavos o canjearlos por crecidos rescates, lo que aterroriza a las gentes que instan a los rectores municipales a tomar medidas para la defensa. Al respecto, en 1505, el aristócrata de más peso que vivía en Castellón, Nicolau de Casalduch, barón de la Pobla Tornesa y Jurat en Cap de la villa, dona a ésta, para facilitar la guarnición de la costa, el almacén ubicado en la playa (alfondech de la mar), que era de su propiedad.

Cronista oficial de Castelló