CON LAS OREJAS TIESAS

¿Mala fe o torpeza?

Juan Lozoya

Juan Lozoya

Trabajando con Javier Moliner en la Diputación Provincial de Castellón hace cosa de una década, le trasladé lo que yo consideraba una mala jugada por parte de una persona y hecha a mala fe. El presidente me miró con su media sonrisa de coña y me dijo: «Juan, no atribuyas a mala fe lo que es pura torpeza».

Esta semana he sido testigo de una jugada de ese estilo en una institución pública de la provincia de Castellón, por parte de una institución pública de fuera de la provincia de Castellón.

Perdonen que me guarde la identidad de los protagonistas por respeto a uno de ellos, pero es que en los casi 30 años que llevo viviendo en primera línea de la comunicación y de la política, he visto pocas cagadas de semejante calibre.

Y, siguiendo el dogma de Javier Moliner, que tan bien vive ahora alejado del foco político, y mediático, prefiero atribuirlo a pura torpeza, que a mala fe.

Y prefiero verlo así y pensar para mí «¡¡qué cagada, mi brigada!!», porque si me pongo en el caso de que haya sido hecho con alevosía y premeditación… Como diría otro expresidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra: «¡Cuerpo a tierra, que vienen los nuestros!».

Coyuntura de la pandemia

Está claro que la situación económica viene jodida y que a partir de 2024 vamos a encontrarnos con unos recortes presupuestarios bastante dolorosos en todas las administraciones públicas. La Unión Europea ya se ha cansado de que algunos Gobiernos, y no miro a ningún lado, se hayan aprovechado de la coyuntura generada por la pandemia provocada por el coronavirus para hacer de su capa un sayo y hayan despilfarrado dinero en chorradas y legislado por decreto lo que les ha salido de los mismísimos.

Y eso tendrá consecuencias, porque desgraciadamente debe ser así por responsabilidad. Pero hay formas y formas… así que, lo dicho, prefiero pensar que ha sido pura torpeza.

Periodista

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