A FONDO

Sánchez nos vende

El presidente en funciones está dispuesto a todo para seguir durmiendo en la Moncloa

Susana Marqués

Susana Marqués

El presidente en funciones, Pedro Sánchez, lo ha vuelto a hacer. Rendirse a las pretensiones de quienes quieren fragmentar la igualdad de todos los españoles, y lo ha hecho olvidando la palabra dada y saltándose sus propias líneas rojas, cediendo en todo aquello que dijo que jamás haría, aunque no es la primera vez.

Lamentablemente, hoy asistimos con estupor cómo ha ido consumando su plan para garantizarse el poder. Engaño tras engaño, ha ido completando su particular puzle de cesiones con quien sea y al coste que sea, con tal de mantenerse en la Moncloa.

Y lo ha hecho sin rubor alguno, a hurtadillas y por la puerta de atrás, negociando el futuro de los españoles, en el extranjero y con un prófugo que huyó de España en el maletero de un coche para evitar ser juzgado en nuestro país por sedición, rebelión, malversación, prevaricación y desobediencia. Una lista de delitos y agravios que Sánchez presumiblemente está dispuesto a borrar de un plumazo con su ley de amnistía que, si bien no conocemos su contenido, parece negociada a la medida para que Puigdemont, y otros más, puedan volver a España blancos y libres, de polvo y paja, sin dar explicaciones ni responder ante la justicia, y todo a cambio del interés personal y particular de un presidente en funciones débil y un partido socialista que, tras perder las elecciones, tratan de mantenerse a flote con un proyecto sin sentido y agotado.

Un presidente en funciones, dispuesto a todo, por conseguir esos siete votos que todavía le faltan, para alcanzar una investidura para seguir así, durmiendo tranquilo en la Moncloa. Y lo hará sin complejos, sin sonrojo, decepcionando a muchos de los suyos y sin escuchar a tantos españoles que clamamos para que no se ceda ante quienes no creen es España, en las instituciones del Estado, ni en el marco de pacífica convivencia que nos dimos con tanta generosidad a través de la Constitución en 1978.

Por si esto no fuera poco, en el pacto de la vergüenza que ha perpetrado Pedro Sánchez y sus futuros socios y que poco a poco se desvela, se incluye un concepto tan nuevo como inquietante para nuestro sistema democrático. Les hablo del lawfare y asumir este concepto no es solo asumir los argumentos, sino es claudicar con el relato independentista que desprecia la base misma de nuestra convivencia, nuestra democracia y la división de poderes, abriendo la puerta peligrosamente a la politización de la justicia que ya ha llevado a juristas y colegio profesionales a ponerse en pie para denunciar tal aberración.

Perdón a las tropelías

Y es que parece ser que lo firmado en la lista de cesiones y concesiones de Pedro Sánchez al independentismo, a cambio de los siete votos que le faltan, es interminable. Primero, una pretendida ley de amnistía como requisito indispensable para que prospere la investidura y que, si bien hoy por hoy tiene difícil encaje jurídico en nuestro ordenamiento, todo indica estará hecha a medida para dejar impune Puigdemont, justificando también un perdón a las tropelías de los CDR o los miembros de Tsunami Democratic, encausados por el caos provocados en las infraestructuras y a quienes llamados a la desobediencia civil, quisieron imponerse de forma violenta y yo me pregunto ¿En serio que toda esta gente puede violentar la ley y quedar impunes? Parece que sí, que esta va a ser otra de las claudicaciones a la que están dispuestos los socialistas.

Primero el 28 de mayo y después el 23 de julio, la mayoría de españoles le dieron la espalda al PSOE primero y a la política errática de Sánchez después; 11 millones de ciudadanos hablaron libre y democráticamente en las urnas a otra forma de gobernar, una forma seria, rigurosa que, apuesta por el futuro de España y la convivencia pacífica, que no se cuestiona la sólida democracia construida a lo largo de los años, que confía en la solvencia de las instituciones del Estado y en el imperio de la ley, asumiendo la división de poderes y el principio constitucional de igualdad entre todos los españoles, independientemente de la autononía donde vivamos.

Alcaldesa de Benicàssim y senadora

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