RECONTRA

Agua solidaria

Vicent García Nebot

Vicent García Nebot

Hace unos años, cuando se estaban criticando (tal como solo la derecha sabe hacerlo) las desaladoras que construyó el gobierno de Zapatero en Orpesa, Moncofa, Sagunt, Mutxamel y Torrevieja, yo decía en esta misma columna que era la única opción que nos daba autonomía hídrica frente al egoísmo de Cataluña, Aragón y Castilla-La Mancha.

Frente a una difícil, casi imposible, política de trasvases entre ríos y entre cuencas que nos lleva al conflicto político del agua en una España cada vez más reseca, solo nos cabe echar mano de las desaladoras gestionadas por la sociedad estatal Acuamed y pagadas por todos los españoles. Estas producen casi 50 hectómetros cúbicos de agua para abastecimiento y pueden generar hasta casi 130 hm3, lo que supone algo más de un tercio de sus posibilidades.

Otra vez a la guerra

Equivocadamente, el Estado pretende que estas infraestructuras ya construidas se las paguen los territorios. Es decir, que los pueblos o consorcios que van a aprovecharlas le devuelvan el coste de su construcción. Y ahí viene el dilema y el gran error: si las pago son mías y toda el agua es para mí. Que nadie me pida ni un litro, porque si no hay solidaridad en trasvases de agua dulce, tampoco yo seré solidario… Otra vez a la guerra.

Ya sé que el agua desalada es más cara que la dulce. ¡Obvio! Pero creo que el Estado debe seguir gestionando las desaladoras con cargo a todos los españoles para que estén preparadas para cuando se den estas situaciones de sequía en otros puntos de España. Como Barcelona o vayas tú a saber dónde.

Pero, además, esta es la mejor arma contra los independentistas del agua. Sean catalanes, aragoneses o manchegos. Los valencianos sí que sabemos ser solidarios con el agua. Hasta cuando no tenemos.

Urbanista