La opinión de José Luis Lizarraga | Cambio de ciclo en el Villarreal CF

El fútbol español ha pasado de acumular números rojos a convertirse en un modelo de control financiero. Una gran parte de ese rigor económico se debe a Javier Tebas, pese a la oposición persistente de FC Barcelona y Real Madrid, ofuscados su Súper Liga europea. La vigilancia del fair play financiero ha logrado, o lo pretende, frenar el endeudamiento y la entrada de dinero que no se genera de la gestión, si quieren poner ejemplos, PSG y City podrían ser perfectos para ello.

El Villarreal cambió radicalmente su modelo hace una década, cuando Fernando Roig decidió transformar en capital social la deuda que había generado la entidad y que él había sostenido con su patrimonio. Entonces el club vivía del mecenazgo de su presidente y máximo accionista. Desde entonces, el Villarreal vive sólo de la gestión de los recursos que genera la entidad. Y de esa manera, un equipo de una ciudad de 52.000 habitantes ganó la Europa League al United, bailó al Chelsea en la Supercopa de Europa y se metió otra vez en unas semifinales de Champions después de eliminar al Bayern y a la Juventus. La apuesta económica, a pesar de que era muy inferior a la de sus rivales europeos, fue muy importante. El Villarreal batió el récord de ingresos con 190 millones de euros, de los cuales casi 90 provenían de la Champions League. El balance económico presentado por el club en la junta general de accionistas de diciembre reflejaba un equilibrio financiero. ¿Cómo es posible pese al aumento estratosférico de los ingresos? Fácil, los jugadores se llevaron un pellizco en primas, se realizaron inversiones en fichajes importantes y el coste de una plantilla como la que tuvo Emery a sus órdenes, al margen de su sueldo, disparó los gastos.

Roig ya anunció que había que volver a la realidad. Recortar no es falta de ambición, simplemente es una obligación del control financiero. La gestión del consejero delegado, Roig Negueroles, ha caminado en esa línea en el mercado de invierno. Traspasos de Rulli y Morlanes (cesión con opción de compra obligada) y el préstamo de Danjuma, redujo la plantilla a 22 jugadores, incluido Jorgensen. Por otra parte, ya ha firmado a dos futbolistas de gran nivel a coste cero: Denis Suárez y Ben Brereton. La obligación será continuar reduciendo costes. Un cambio de ciclo en el Villarreal. En lo económico, pendiente de la importancia de estar en Europa, más todavía de si se juega Champions, Europa League o Conference. La realidad es que con un traspaso importante, el nuevo proyecto se iniciaría con solvencia. Y el club tiene futbolistas como Pau, Foyth, Baena o Yeremy que tienen y tendrán pretendientes de pedigrí.

El Villarreal se está reinventando de nuevo. En ese proceso quedan decisiones importantes sobre la continuidad de jugadores como Reina, Albiol, Kiko Femenía, Coquelin, Mojica... Y la más importante, ¿quién liderará el nuevo proyecto? ¿Será Quique Setién el entrenador? Sin duda, ésta última es clave. El club sigue trabajando en silencio. Otra de las operaciones de futuro es la negociación para quedarse en propiedad al defensa senegalés del filial Mbaque Fall, cedido por Los Angeles FC, sin opción de compra. La apuesta segura por la promoción de jugadores del filial se completará también con futbolistas de nombre. Nada nuevo que no haya hecho el Villarreal en los últimos años: tomar decisiones importantes e intentar acertar lo máximo posible. Mientras, el club sigue creciendo. Llega otro ciclo. Ley de vida.

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