VILLARREAL CF

La crónica | Al Villarreal le cuesta un mundo puntuar y rescata un empate ante el Alavés (1-1)

Gerard Moreno rescata un punto gracias a un penalti señalado por el VAR que evita una nueva derrota en la era Pacheta ante un rival superior

Alexander Sorloth no tuvo su mejor tarde en el Villarreal-Alavés.

Alexander Sorloth no tuvo su mejor tarde en el Villarreal-Alavés. / Manolo Nebot

Ismael Mateu

Ismael Mateu

El Villarreal CF parece haberse olvidado de ganar. El conjunto de José Rojo Pacheta está carente de la identidad que siempre le caracterizaba, ha perdido la confianza, la solidez defensiva y, lo que es peor, la fortaleza en el Estadio de la Cerámica.

Al Submarino le cuesta una vida ser mejor que el rival y encontrar la portería rival, como quedó ayer demostrado ante el Alavés, un equipo correcto que, a base de orden y un delantero rompedor como Samu Omorodion, se llevó un punto de Vila-real (1-1) gracias al empate que rescató Gerard Moreno en la segunda mitad mediante un penalti señalado por el VAR.

Lo que no vio Gil Manzano --era milimétrico eso sí-- lo advirtieron sus asistentes para terminar, al menos, puntuando en casa.

Empate entre Villarreal y Alavés.

Santi Comesaña ha sido titular en el Villarreal-Alavés. / Manolo Nebot

El cambio de sistema

A este Villarreal le está costando un mundo sacar puntos, y este domingo quedó demostrado. Y eso que Pacheta lo intenta. Ante el Alavés, el técnico burgalés movió el árbol en busca de frutos, pero su planteamiento inicial no le funcionó. 

El entrenador del Submarino planteó un 5-3-2 con carrileros largos en busca de dar mayor consistencia a la zaga y, con la incorporación de los jugadores de banda, tener superioridad en la medular.

Con Albiol por el centro del eje de la zaga, cual líbero a la antigua usanza, acompañado por Mandi y Cuenca como centrales para cubrir las espaldas a Kiko Femenía y Alfonso Pedraza, los dueños del carril durante la primera mitad.

Junto a ello, fortaleció la medular con un tercer centrocampista, siendo Santi Comesaña el que secundó a los habituales Parejo y Capoue. Pacheta sabía que el Alavés también se mueve con tres mediocentros, siendo Guridi una especie de falso mediapunta por delante de Guevara y Antonio Blanco, los dos pivotes. Mientras que Gerard y Sorloth fueron los arietes en una partida de ajedrez que en el primer acto se llevó García Plaza.

Gerard Moreno anotó de penalti con el Villarreal ante el Alavés.

Gerard Moreno anotó de penalti con el Villarreal ante el Alavés. / Manolo Nebot

Primera parte soporífera

El exentrenador del Villarreal, que está liderando al Deportivo Alavés en su regreso a Primera División con mucha dignidad y mérito para la plantilla tan limitada que dispone, supo cortocircuitar la medular amarilla, tapar las líneas de pase del centro del campo groguet y evitar la fluidez del Submarino tanto por las bandas como los intentos de encontrar con ventaja a Gerard y Sorloth en punta. 

Por ello, la primera parte del conjunto de la Plana Baixa fue soporífera, para olvidad. Ni un disparo o remate ni fuera ni dentro de los tres palos, la cruda realidad.

Alguna escaramuza de Pedraza por la izquierda y poco más. Los amarillos se mostraron como un equipo blando, sin ideas y muy frágil a la mínima que el Alavés le proponía un duelo. De hecho, el mejor hombre del Submarino en dicho primer período (y en el segundo) fue el guardameta Jörgensen, que sacó una muy clara a la bestia Samu Omorodion y otra a Luis Rioja, además de un gol anulado por clara falta a Jorge Cuenca del citado Samu. Mucho más del Alavés, nada del Villarreal.

Otro dibujo, otro aire

Con el bajón de no haber hecho absolutamente nada, los amarillos regresaron de los vestuarios con otro aire, en busca de reencontrarse a sí mismos en la segunda mitad. 

Pacheta regresó a su dibujo más reconocible, con cuatro defensas, cuatro centrocampistas y Gerard y Sorloth en ataque.

Precisamente el noruego la tuvo muy clara nada más reanudarse el encuentro, pero su tiro con el interior izquierdo salió rozando la escuadra derecha de Sivera. Olía a reacción y la ilusión reaparecía en el ambiente.

Una ilusión que duró segundos ya que, acto seguido, en el 47’, Samu Omorodion aprovechaba un lujo de pase con el exterior de Guridi para plantarse solo ante Jörgensen y adelantar al Alavés (0-1). Gol en contra y a remar.

El Villarreal empató contra el Alavés en La Cerámica.

El Villarreal empató contra el Alavés en La Cerámica. / Manolo Nebot

El equipo amarillo no bajó los brazos pese al mazazo y le puso una garra y coraje inexsistente en el primer acto. De hecho, Santi Comesaña anotaba el gol que significaba el empate cuatro minutos más tarde, pero el tanto era anulado por falta previa a su remate.

Quedaba poco más de una hora y Pacheta movió ficha, dando entrada a Alberto Moreno y Adri Altimira que dieron otra frescura al Villarreal por ambas bandas.

Esa frescura y el empeño del equipo no se tradujo en demasiadas ocasiones, pero sí mantuvo vivo a un Submarino que vio como una mano de Sedlar señalada en la frontal en el minuto 64 se convertía en penalti al trazar las líneas el VAR. Pena máxima que convertía Gerard (1-1), devolviendo la esperanza a La Cerámica.

Filip Jörgensen fue el mejor del Villarreal ante el Alavés.

Filip Jörgensen fue el mejor del Villarreal ante el Alavés. / Manolo Nebot

Jörgensen, salvador

Pero dicho gol tampoco sirvió para más que rescatar un punto, porque Jörgensen volvió a ser el salvador del equipo en el tramo final del partido con tres grandes paradas a Rioja y Samu Omorodion, que tuvo en vilo al estadio amarillo en dos ocasiones.

Mucho más bagaje ofensivo que las que tuvo el Villarreal, con Comesaña, Parejo y Sorloth, cuyos remates llevaron el «uuy» y la decepción en la grada.

El Submarino de Pacheta sigue sin encontrarse a sí mismo y sin encontrar la fórmula para ganar. Al menos, este domingo rescató un punto ante un Alavés superior.

Suscríbete para seguir leyendo