La Unió Llauradora se suma al rechazo a la macroplanta solar de Onda y l'Alcora

La organización agraria denuncia que afecta a fincas citrícolas en plena producción y con gran valor agroecológico

Imagen de archivo de una planta solar.

Imagen de archivo de una planta solar. / MEDITERRÁNEO

Elena Aguilar

Elena Aguilar

La Unió Llauradora i Ramadera muestra su "rotundo rechazo" a la construcción de una gran planta fotovoltaica y su infraestructura de evacuación que afectará a más de 600 hectáreas de cultivo, "muchas de ellas en suelo útil de regadío con gran valor agroecológico", en las localidades de Onda y l’Alcora.

La organización señala que se trata de un proyecto de la filial de la firma de EnerHi (Harbour Maestrat 4) denominado PSF Valentia Edetanotum FV4 de 300 MW y que actualmente se encuentra en fase de información pública el estudio de impacto ambiental y la documentación referente a la solicitud de autorización administrativa previa.

Prevé la instalación de 751.632 placas solares en "una zona citrícola totalmente productiva y dónde existen más de 150 fincas familiares y profesionales de pequeño y mediano tamaño en pleno rendimiento que se verían afectadas total o parcialmente por su construcción o en el mejor de los casos totalmente devaluadas", según explica esta organizaión agraria.

La Unión describe que se trata la mayor parte de tierras muy fértiles, con bajo contenido en cal, modernizadas con el paso del tiempo y con fertirrigación localizada. "En caso de llevarse a cabo este macroproyecto se perdería una importante zona de cultivo agrícola y en consecuencia se verían afectadas en gran medida las entidades de riego que suministran el agua a la zona planteada, y dada la gran extensión en la que se pretende actuar, puede llegar a provocar la inviabilidad de la actividad que desarrollan y su desaparición como colectivo de riego", asegura.

Esta planta solar "destruiría también campos de ensayo en los que se han investigado hasta 24.000 líneas varietales diferentes" durante los últimos años.

Ante el impacto evidente, la Unió manifiesta su oposición ante la grave pérdida de superficie agraria y el daño que se le provoca a unos agricultores que han hecho junto a las administraciones una importante inversión en sus campos, también con modernización de regadíos, y que ahora verán como ese esfuerzo queda en entredicho.

Priorizar el autoconsumo

La organización agraria insiste en que está a favor de las energías renovables, pero implantadas de una forma racional, sostenible, aprovechando zonas no productivas, polígonos, etc. Reitera que se priorice el autoconsumo energético "en lugar de construir grandes plantas fotovoltaicas que destrozan el territorio rural y que ponen en peligro una importante superficie de terrenos agrícolas" en plena producción, además de aniquilar la forma de vida de las personas que tienen su proyecto vital en estas zonas. 

La organización apuesta por potenciar el autoconsumo en los tejados de las zonas urbanas, en los polígonos industriales, en zonas degradadas y en infraestructuras o edificios de propiedad pública en las zonas demandantes de energía para no destruir el territorio rural.

La concentración de instalaciones fotovoltaicas en grandes plantas ubicadas en suelo agrícola o forestal es una clara agresión al mundo rural. “Es la misma cantinela de siempre. Nos quieren imponer grandes proyectos fotovoltaicos sin ningún tipo de racionalidad cuando habría que acercar la producción energética a las grandes áreas urbanas e industriales de consumo, con el objetivo de evitar las pérdidas y el impacto del transporte de la energía a grandes distancias a través de las vías de evacuación que también afectan durante kilómetros a zonas de actividades rurales de interés”, asegura Carles Peris, secretario general de la Unió.