Los ERTE de la cerámica estarán en vigor hasta finales del próximo año

El año 2022 pasará a la historia como uno de los más negativos para el sector cerámico de Castellón, debido al fuerte incremento de los precios del gas, con un impacto directo en el apartado de gastos de las industrias. Una consecuencia de este fenómeno es la proliferación de empresas que se han visto obligadas a presentar un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE). A finales del 2021 se presentaron ante la autoridad laboral los primeros casos, hasta llegar a la avalancha de los últimos meses.

Son más de 80 los expedientes presentados a lo largo del 2022, que hasta la fecha del 28 de noviembre han incluido a un total de 9.166 personas. Los datos son preocupantes, que alcanzan la categoría de inquietantes al comprobarse que no se ve una luz al final del túnel.

Perspectivas negativas

La patronal que agrupa a los fabricantes de azulejos y baldosas, Ascer, presentó recientemente un estudio en el que se ponen números al impacto económico de la crisis energética, con pérdidas de hasta 1.000 millones de euros en el presente ejercicio, y unas perspectivas poco halagüeñas en el 2023. El informe, elaborado por la consultora PwC, con la colaboración de la Conselleria de Hacienda, establece tres posibles escenarios. El más favorable contempla una solución a la crisis de Ucrania y un descenso considerable de los precios energéticos. El más pesimista teme, en cambio, que haya un agravamiento de la guerra, con restricciones en el suministro del gas.

En todos estos casos se espera una contracción de las ventas. Si en el 2022 se esperan unas ventas de 5.700 millones de euros, en el 2023 se esperan 4.755 millones en el mejor escenario (un descenso del 17%), mientras que la coyuntura más adversa podría derivar en una facturación de 4.193 millones (-26%). Es por ello que el sector espera que lleguen pronto las ayudas prometidas por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en su reciente visita a Castellón, y que además estas medidas de respaldo sean suficientes y equiparables a las que ya se aplican en otros países como Italia o Alemania.

ERTE más largos

Si los primeros expedientes de regulación temporal de empleo tenían una duración de pocos meses, los presentados en los últimos tiempos ya muestran con toda su crudeza que los vientos en contra para las fábricas seguirán hasta finales del 2023.

Buena parte de los ERTE tienen como fecha prevista para su finalización el mes de octubre, y algunos ya tienen marcado el 31 de diciembre. A todo ello se une que algunos expedientes, que debían finalizar el pasado verano, se han prorrogado al comprobar que la situación no ha mejorado.

Pocas finalizaciones

De los más de 80 ERTE acumulados en el presente año, solo seis han finalizado. En cinco de ellos, porque los motivos aducidos no eran por la previsión de pérdidas ante los costes del gas. El otro es el de la empresa Todagres: desistió del paro temporal solicitado porque optó por cerrar la empresa y convertir el ERTE en un despido colectivo (ERE). La inmensa mayoría de sus trabajadores ya han salido de la compañía, y la fábrica cerrará sus puertas de manera definitiva el 31 de marzo próximo para vender el estoc de producto disponible.

Nuevos casos en sectores auxiliares

Los ajustes laborales también llegan a empresas que dependen de manera directa de la cerámica. Es el caso de transportistas o compañías dedicadas al embalaje. En cuanto a la industria de esmaltes y fritas, ya han empezado a presentarse los primeros ERTE. El más destacado es el del grupo Altadia, que abarca a sus cinco marcas: Esmalglass, Fritta, Quimicer, Younexa y Endeka. En los próximos días se sabrá el detalle de las personas incluidas, una vez se desarrollen las negociaciones con los representantes de los trabajadores.

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