EL CASO DE DANIEL SANCHO PONE LA CUESTIÓN SOBRE LA MESA

Cinco castellonenses están presos en cárceles extranjeras por tráfico de droga

Brasil, Colombia, Marruecos, Noruega y Francia son los países donde permanecen

Imagen de la cárcel de La Paz (Bolivia).

Imagen de la cárcel de La Paz (Bolivia). / STRINGER

El caso de Daniel Sancho, hijo del popular actor Rodolfo Sancho y nieto de Sancho Gracia (intérprete del histórico personaje de Curro Jiménez), quien confesó haber asesinado y descuartizado a su socio y amante, el cirujano colombiano Edwin Arrieta en Tailandia, está a diario en los medios de comunicación. El asunto ha traído de nuevo a las portadas la situación de los presos españoles en cárceles extranjeras.

Según el Ministerio de Asuntos Exteriores hay, contando con el caso de Sancho, un total de 908 personas cumpliendo condena en prisiones de 69 países diferentes. Procedentes de la Comunitat Valenciana son 23 --solo el 2,5% de los españoles--. Por lo que respecta a Castellón, son cinco los ciudadanos que se encuentran en esta situación, según ha confirmado la Fundación +34, una ONG que asiste y asesora a estos reclusos.

De estos castellonenses, cuatro son hombres y una es mujer. Todos ellos están presos por delitos contra la salud pública (tráfico de drogas) y están privados de libertad en Brasil, Colombia, Marruecos, Francia y Noruega. En este último caso, el de la única mujer de Castellón recluida en el extranjero, tras dos años de pena privativa de libertad en el país nórdico, acaba de llegar a España para cumplir el resto de su condena. Es a lo que aspiran todos los españoles que permanecen en cárceles extranjeras y es, precisamente, lo que quiere lograr cuanto antes la familia de Daniel Sancho, consciente de que al asesino confeso le quedan varios años por delante en Tailandia, en condiciones de extrema dureza (más información en página 34).

Mapa de los países donde están presos los cinco castellonenses.

Mapa de los países donde están presos los cinco castellonenses. / JUAN CARLOS GOZALBO

No hace falta hacer un gran esfuerzo de imaginación para hacerse una idea de cuáles son las condiciones de algunos de los centros en las que están internos. Espacios insalubres, con los internos casi hacinados por la falta de espacio; y comidas escasas y pobres a nivel nutricional marcan la tónica para quienes cometieron un delito en muchos rincones del mundo. 

Bang Kwang (Tailandia), Tadmur (Siria), San Quintín y Alcatraz (California, EEUU) e Isla Rikers (Nueva York) están consideradas las prisiones más duras del mundo.