Marina d'Or, un gigante en recuperación

Las primeras instalaciones de Marina d’Or se inauguraron en 1997 al calor del ‘boom’ inmobiliario

La crisis y una sentencia lastraron su imagen hasta la entrada de Farallon

Jesús Ger (c.) junto a Julio Iglesias (i.) durante un acto de promoción de Marina d'Or.

Jesús Ger (c.) junto a Julio Iglesias (i.) durante un acto de promoción de Marina d'Or. / VICENT MARTI

Pablo Ramón Ochoa

El empresario catalán Jesús Ger empezó vendiendo colchones, pero su ambición en el mundo de los negocios hizo que aquello se le quedara pequeño. ¿Por qué vender solamente una cama de matrimonio cuando podía construir el apartamento entero? Un día, Ger tuvo la visión de una ciudad planeada expresamente para que las familias de clase media, en los albores del boom de la construcción, pasasen unos días de relax frente al mar.

Esa idea cristalizó en un nombre y un eslogan que han acompañado la vida de los castellonenses y, durante mucho tiempo, del imaginario colectivo español: «Marina d’Or, ciudad de vacaciones». Ger escogió terrenos de Orpesa para un proyecto que rompía con el resto de propuestas de la costa de la Comunitat, puesto que planteaba una ciudad dentro del propio municipio, hasta entonces un lugar tranquilo.

La década dorada

Era 1997 cuando se inauguró el primer hotel del complejo de Marina d’Or. A pesar de que la marca se había registrado mucho antes, fue en el ‘97 cuando ese hotel dio inicio a la década dorada del complejo. Ger apostó por la construcción de apartamentos vacacionales en masa, con la intención primaria de venderlos como segundas residencias.

La cosa creció hasta alcanzar las 15.000 viviendas, junto al trío de hoteles de cinco, cuatro y tres estrellas. El mayor balenario de agua marina de Europa pasó a ser la joya de la corona y su activo más importante para el turismo durante todo el año, mientras que los parques acuáticos e infantiles han ampliado la oferta para los más pequeños. Todo ello forma un complejo que se levanta al lado de kilómetros de playas vírgenes y que, por su envergadura, sorprende a quien lo ve desde lejos, en coche, desde la AP-7. En la actualidad tiene 500.000 m2 de zonas verdes y ajardinadas, y dentro del complejo hay bares, restaurantes, supermercados, pubs, discotecas... Una ciudad con todos los servicios para vivir en ella que renovó la vigencia de la provincia de Castellón en el panorama turístico nacional. A Peñíscola o Benicàssim, que surgieron antes como destinos de sol y playa, se les añadió Marina d’Or con su batería de promoción mediática por España.

El 'ladrillo' y la caída

Llegó la crisis económica de 2008 y el plan, como tantos otros proyectos costeros, pinchó. Marina d’Or quedó encasillada como ejemplo de una apuesta por el pelotazo urbanístico que, en parte, llevó a España a una recesión histórica. Fuera o no fuera culpa de Marina d’Or, estaba asociado a esa imagen.

Ese contexto atravesaba la entidad cuando se produjo, en 2015, uno de los episodios negros del complejo, la muerte de una turista de 16 años que perdió la vida ahogada en una de las piscinas, tras quedar su brazo enganchado en una rejilla que quedó al descubierto. Jesús Ger fue condenado a dos años de prisión por homicidio imprudente por aquel caso. Cinco empleados de Marina d’Or también recibieron condenas.

En manos de estadounidenses

Para cuando salió la sentencia de esa causa, en 2022, Ger ya no era máximo accionista de Marina d’Or. En 2019 se anunció que el fondo estadounidense Farallon se hacía con el control de la firma. Su actual director general, Antonio Maeso, designado por Farallon, se ha referido como muy complicados a los momentos en los que él entró en Marina d’Or. La viabilidad del complejo ha sido un reto para Farallon.

Asimismo, el modelo de negocio ha cambiado: de la venta de pisos y la apuesta fuerte por el balenario a la diversificación de parques y hoteles. Maeso afirmó que las pérdidas se redujeron en 2022 a la mitad. Magic Costa Blanca tendrá el reto de profundizar en el cambio de imagen de Marina d’Or para que encaje en los intereses turísticos actuales.

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