El criminólogo que desenmascaró a Joaquín Ferrándiz: lo pillan por "tacaño" y cree que no debería estar en la calle

Vicente Garrido repasa en el popular podcast de Jordi Wild la investigación que derivó en la detención de JFV

Vicente Garrido en el programa de Jordi Wild.

Vicente Garrido en el programa de Jordi Wild. / Mediterráneo

El criminólogo Vicente Garrido fue clave en la detención de Joaquín Ferrándiz, responsable de la muerte de cinco mujeres en Castellón y que desde el pasado mes de julio es libre tras cumplir 25 años de condena. Creó el perfil psicológico que llevó a la Guardia Civil a localizar al hombre que aterrorizó a la provincia en la segunda mitad de los 90, y posteriormente contribuyó de manera decisiva a que confesara todos sus crímenes.

Garrido acudió como invitado a The Wild Proyect, el popular programa de YouTube y podcast que dirige Jordi Wild, y allí reveló cómo se desarrolló la investigación para capturar al que fue considerado el primer asesino en serie de España, un psicópata "a la americana", como lo define el criminólogo.

"La ciudad de Castellón pensaba que era un falso culpable", recuerda Garrido respecto a su primera condena, en 1989, por violación. La buena imagen que Ferrándiz daba cara al exterior hizo que mucha gente pensara que sus años en la cárcel habían sido un error judicial. Ximo consideraba que el hecho de que la víctima de la agresión sexual lo denunciara, pese a que él le había pedido que no lo hiciera, era una "traición", y a partir de ahí desarrolla la idea obsesiva de que las mujeres "deben ser castigadas".

Dos posibles culpables

"Para él el goce está en seguir un ritual", explica Garrido respecto a la costumbre de JFV de estrangular a sus víctimas, de usar su ropa interior para atarlas y taparles la boca o ponerles una bolsa en la cabeza. Y también da a conocer que hay una fase de la investigación en la que, tras la muerte de Sonia Rubio y de las tres prostitutas de Vora Riu, Natalia Archelós, Francisca Salas y Mercedes Vélez, la Guardia Civil "durante mucho tiempo piensa que hay dos asesinos", por el diferente perfil entre la primera, filóloga, y las otras tres. Es en este momento cuando se da la detención errónea de Claudio Alba.

Tras el hallazgo del cadáver de la última víctima, Amelia Sandra García, la Guardia Civil contacta con Garrido. El experto concluye, en primer lugar, que hay un solo responsable de las muertes; y en segundo, que su perfil corresponde al de un hombre de entre 25 y 30 años, con autocontrol, inteligente, con una vida ordenada, integrado en la sociedad, que vive en Castelló y con antecedentes por agresión sexual. Ferrándiz se adaptaba como un guante a esa descripción.

Cronología de los asesinatos y los ataques de Joaquín Ferrándiz.

Cronología de los asesinatos y los ataques de Joaquín Ferrándiz. / Mediterráneo

Cinta adhesiva

Un intento de agresión a otra joven, cuando ya estaba siendo vigilado, decidió a la Guardia Civil a registrar su casa. Allí, la prueba definitiva: una cinta de ocho milímetros --medida que no se usaba en España-- que fue hallada rodeando la boca de Sonia Rubio. "Lo pillan por tacaño. Tú usas la cinta con una víctima, ¿y te guardas la cinta?", se pregunta. Una suerte, pues en ese momento era la única prueba contra él.

Garrido cree que JFV sufría una especie de síndrome del Dr. Jekyll & Mr Hyde, porque aseguraba que el que mataba no era él, sino otra persona. Por ello, el criminólogo le prescribe ejercicios para que recuerde los crímenes, cosa que finalmente hace, y confiesa. "Él no quiere hablar conmigo, piensa que le engañé", indica respecto a si tuvo contacto posterior con él, una vez encarcelado.

Y si bien dice que puede ser uno de esos casos en los que el psicópata logra dominar su "demonio interior", cree que tenerlo en libertad es un error: "La sociedad no debe correr ese riesgo", concluye.