El fiasco de la campaña citrícola se extiende a la mandarina ‘premium’ y el precio se desploma

A estas alturas de la campaña quien tiene una o varias fincas de mandarinas de la variedad hernandina ya da por sentado que la fruta se va a pudrir en el árbol. Y todo por la invasión de naranja barata procedente de Egipto, que ha provocado un parón en el mercado nacional. «Pasan los días y ningún comercio las quiere. La segunda parte de la temporada será una ruina», lamenta un productor con parcelas en Vila-real. No es el único que confiesa abiertamente que este año volverá a perder dinero. A los llauradors que producen clemenvilla les está ocurriendo lo mismo y el sector estima que hay miles de kilos en el árbol pendientes de recolección. 

Egipto produce un 3% más de naranjas, mientras la cosecha en Castellón va cada vez a menos

La segunda parte de la campaña citrícola en nada se parece a la primera (hasta Navidad los precios en origen permitían de sobra al agricultor cubrir gastos) y el fiasco se ha acabado extendiendo a las llamadas mandarinas premium, aquellas que requieren pagar royalties por su plantación y comercialización. El precio de variedas como tango, nadorcott, orri o sando en nada se parece al de la pasada temporada, cuando se alcanzaron valores nunca vistos.

De todas las mandarinas de autor (estas variedades dominan la segunda parte de la temporada, en la que conviven con naranjas como las navel), la tango es la más veterana y en estos momentos, y según datos la Lonja Citrícola de Valencia, cotiza en el campo a una media de 0,47 euros el kilo, una cifra que poco tiene que ver con los 0,92 euros que llegó a alcanzar en la primera semana de marzo del 2022. Y lo mismo sucede con la nadorcott (en Castellón hay plantadas 432 hectáreas de esta fruta), que se paga a menos de 0,50 euros frente a los 0,92 de hace un año. 

Las naranjas de Castellón se pudren en el árbol por la entrada de fruta de Egipto

Otra variedad cuyo precio está tocado y hundido es la orri, la reina de las mandarinas premium. La provincia produce unos 6 millones de kilos al año, pero la cotización en el campo no acompaña. El productor apenas percibe 0,85 euros el kilo, una cantidad que dista mucho de los 1,35 euros que se alcanzaron hace justo 12 meses.

Ocho veces más en el súper

Las cotizaciones en origen van claramente cuesta abajo y, mientras tanto, el precio que el consumidor paga por esas variedades está a años luz del que reciben los productores. Un ejemplo. Una cadena de supermercados francesa vende esta semana el kilo de mandarina tango valenciana a 3,99 euros, es decir, ocho veces más. La clemenvilla, variedad que en Castellón ningún comercio compra, también se vende a 4 euros el kilo.  

Suscríbete para seguir leyendo