El calor favorece la expansión en los pinos de la procesionaria en Castellón

Vecinos de Alcossebre alertan del grado de infestación en la Serra d’Irta

Avisan del riesgo para las mascotas si entran en contacto con las orugas

Bolsas de procesionaria en pinos de Alcossebre

Bolsas de procesionaria en pinos de Alcossebre

Carmen Tomás Armelles

Carmen Tomás Armelles

El calor favorece la expansión de la procesionaria del pino, una oruga que provoca bolsas en los árboles durante el invierno y que, con la llegada de la primavera, suelen bajar formando las típicas hileras. Tal y como explica David Bravo, director técnico de CTL-Grupo Elis, «este año hemos visto mayor número de bolsas de invierno que otros años». Según relata, en los meses de febrero a marzo suelen bajar para enterrarse y es cuando se hacen visibles.

Según indica, estos animales suelen poner huevos en verano, en septiembre salen las orugas; es en esta época --entre septiembre y octubre-- cuando se deben hacer los tratamientos preventivos, con productos biológicos con bacillus thuringiensis. También se aplica endoterapia, a través de inyecciones al árbol que distribuyen la sustancia a través de la savia.

Vecinos de Alcossebre alertan de que «se prevé que este año sea muy fuerte» en cuanto a esta plaga, ya que «las bolsas han continuado todo el invierno. O no actualizaron las trampas o se volaron las que había por la Serra d’Irta, ya que las suelen poner a vista en los caminos. Ya no se ven casi... La verdad es que es un asunto para alertar, ya que las temperaturas favorecerán su expansión. Por Alcossebre y Las Fuentes ya se ven filas inmensas de procesionaria», advierte un vecino de la zona.

Este rotativo ha podido comprobarlo también in situ. En zonas del entorno del Castillo podían verse procesionar durante la semana pasada, igual que en el acceso desde el Estopet hacia el interior de la Serra d’Irta.

Sin embargo, desde el Ayuntamiento de Alcalà de Xivert, por su parte, dijeron no tener constancia y remitieron a los responsables del parque natural. 

Perros

De hecho, desde la Clínica Veterinaria de Alcossebre explicaban que están atendiendo a alrededor de cuatro o cinco perros a la semana por contactos con procesionaria, el doble que el año pasado. «Puede deberse a que hay más presencia de turistas que no conocen bien la oruga. Hay mucha procesionaria. Puede que el control biológico natural de esta especie esté fallando», advierten. Los síntomas que suelen tener los perros son inflamación, irritación y edema e incluso pueden sufrir necrosis en la lengua y llegar a tener shock anafiláctico. Según indica, «no podría decir una zona concreta porque hay afectación en zonas de paseos y de cámpings e incluso en chalets privados», explica, para añadir, que también en zonas como les Coves de Vinromà se están registrando casos. 

Tratamientos

Mientras, desde el Ayuntamiento de Peñíscola --parte de la Serra d’Irta está en este término-- señalaron que han solicitado tratamientos a la Generalitat. Mientras, en la zona que le corresponde señalan que han realizado tratamientos en todos los pinos ubicados en suelo municipal --unos 70--. Asimismo, señalan, «hemos hecho requerimientos a particulares que tienen pinos en sus fincas para que actúen de inmediato», señala Miguel Castell, concejal de Urbanismo. Informa Alba Boix.  

Desde dermatitis a lesiones oculares o urticarias

Desde la asociación nacional de empresas de sanidad ambiental Anecpla advierten de que apenas un mínimo contacto con la procesionaria puede generar desde dermatitis a lesiones oculares, pasando por urticarias y reacciones alérgicas.

«Ni siquiera es necesario el contacto directo con las orugas», especifica Jorge Galván. «Tan solo con el roce de uno de sus pelos (que estos insectos lanzan como estrategia de defensa al sentirse amenazados) es suficiente para provocar irritaciones y alergias, especialmente si estos alcanzan los ojos». En el caso de las mascotas, especialmente los perros, este contacto puede llegar incluso a provocar su muerte.

Prevención

Por otro lado, desde la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (Anecpla) alertan a las administraciones locales de la importancia de contemplar entre sus actuaciones imprescindibles campañas de prevención anuales que se ejecuten en la temporada de otoño, y que contribuyan a minimizar los perjudiciales efectos de esta plaga. Asimismo, Anecpla considera que es imprescindible que los trabajos de gestión de este insecto sean llevados a cabo por profesionales. Estos actuarán según la gestión integrada de plagas realizando, en primer lugar, un diagnóstico de situación, que definirá el tratamiento a aplicar en función de cada caso.