Mujer empoderada desde siempre. Sin necesidad de soflamas insurgentes. Aparece en televisión casi todos los días, en las ruedas de prensa oficiales que comunican los últimos datos de la crisis sanitaria por el coronavirus en territorio nacional. Un rostro al que ya se acostumbran los televidentes de toda España, entre la difusa línea roja que separa la serenidad y la vehemencia escondida, ante la gravedad del problema que circunda en el aire.

María José Rallo del Olmo, secretaria general de Transportes y Movilidad, la segunda de José Luis Ábalos, el plenipotenciario ministro de Sánchez, nació en Castelló en 1971. Su infancia y juventud se plasmó en les Palmeretes, sabor castizo de la capital de la Plana. Un vial con nombre de frailes menores que, años ha, era un microcosmos jalonado de egregios edificios hasta acabar en la nada. Principio y fin. Y es que la avenida Capuchinos finalizaba en la huerta, regada a diario por una acequia Mayor que mostraba sus cristalinas aguas y soles reflejados.

Palmeretes de ilustres apellidos, como los Sanahuja, con un conseller de la Generalitat valenciana (1993-1995), Javier; los Monerris; los Guinot, del noble arte de la joyería; los Vernia; los Murria, con el patriarca Carlos asomado al balcón sonriendo en la mañana del tercer domingo de Cuaresma; los Badenes; los Gomis; los Igual; los Badal; los Tárrega... familias todas de un Castelló pequeño burgués, de labranza, comercio e industrias muy variadas.

Como los sacramentos

Ese es el paisaje urbano que conoció María José, delimitado por el colegio de Nuestra Señora de la Consolación, y su torbellino de niñas en patios fugaces. Por otro, San Juan de la Cruz, masculino, de carisma carmelita, y otro, el Bisbe Climent, en el Raval de Sant Félix. Y es que habitar en la avenida Capuchinos imprime carácter. Por eso, y más que eso, la secretaria general de Transportes estudió Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos en la Politécnica de Madrid, una carrera reservada a hombres y con pocas féminas.

Mujer e ingeniera (ojo, de Caminos), con un currículo de vértigo. Es también licenciada en Economía por la UNED, tiene un Máster en Análisis y Gestión de Políticas Públicasy cursó un programa de liderazgo.

Pertenece al Cuerpo de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos desde 1998, habiendo desempeñado su carrera profesional desde esa fecha en el actual Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana.

Sus padres, Vicente y María José, la verán diariamente en sus comparecencias. Se sentirán orgullosos, aunque no precisamente en el agrio atril del coronavirus. Pasará todo y, a buen seguro, se podrán ir en verano a su apartamento de Benicàssim, junto al Heliópolis.