En La Rosaleda de Málaga empezó todo y también terminará. El CD Castellón jugará el domingo su último partido en el fútbol profesional en el escenario donde hace 253 días celebró el esperado ascenso a Segunda División tras ganar en la final al Cornellà (1-0, con gol de Juanto Ortuño). Sonrisas y lágrimas en menos de un año, concretamente en diez meses. Subieron sin público y despedirán la temporada también sin gente en las gradas. Y será a partir del próximo lunes cuando toque reflexionar y empezar a tomar muchas decisiones.

La afición aún recuerda aquel primer partido contra el Logroñés, y luego contra la Peña Deportiva. Sufrimiento a más no poder. Hasta que llegó la batalla final contra el Cornellà. Un encuentro que se encarriló en el minuto 27 (1-0) y que luego se hizo larguísimo. Eterno. Hasta que por fin del colegiado decretó el final y se desbordó la alegría. Fueron entonces lágrimas de felicidad, pero este domingo lo serán de tristeza y frustración, justo 253 días para volver a pisar La Rosaleda.

Mentalizados ya por lo sucedido y, apenas diez meses después de ascender, el Castellón deberá replantear su futuro en la Primera RFEF y el presidente del club, Vicente Montesinos, tomar las decisiones que considere oportunas una vez concluya la temporada de forma oficial para intentar regresar lo antes posible al fútbol profesional. A poder ser, para el verano del centenario, el del 2022.

De momento, queda un partido por delante y lo único asegurado es que Sergi Escobar y su cuerpo técnico serán los que comandarán el proyecto 2021/22, ya que firmó para las dos últimas jornadas y la próxima temporada. A partir de ahí el vestuario sufrirá un cambio notable, pues muchos jugadores acaban contrato, otros regresarán a sus clubs de origen y algunos de ellos optarán por romper su vínculo con el Castellón y buscar minutos en otros equipos.

Partido intrascendente

Todo pasará a partir del lunes, justo después de decir adiós a Segunda ante el Málaga en un partido intrascendente para los dos equipos, ya que ninguno se juega nada, pero que servirá a los albinegros para poner fin a una temporada que empezó con rayos de esperanza, pero en la que poco a poco fueron apareciendo nubarrones al no acompañar los resultados y ver cómo el equipo caía a los puestos de descenso. Cayeron a la última posición y la paciencia del club se acabó al ver que el equipo no reaccionaba, optando por la destitución del técnico Óscar Cano a mediados de enero. Luego apostaron por Juan Carlos Garrido, que imprimió una tímida reacción en el plantel de la capital de la Plana, pero que se fue diluyendo a raíz del nefasto planteamiento del partido contra el Tenerife, en el Heliodoro Rodríguez López, y de la tensión que se vivía dentro del vestuario albinegro. A falta de dos jornadas para el final, y viendo que las sensaciones eran las peores de la temporada, el técnico valenciano fue también destituido y entonces decidieron recuperar al almazorense Sergi Escobar.

En Málaga también se espera un partido especial para muchos componentes de la plantilla que después del fiasco de quedar fuera de las plazas de play-off de ascenso el del domingo también será su último encuentro con la elástica blanquiazul. El que no continuará seguro es el entrenador nulense Sergio Pellicer, que hace tres semanas anunció que no seguirá en el cargo y cambiará de aires.