Así ha sido el 1-2 en el Castellón-Gimnàstic: del riesgo a la temeridad

El CD Castellón de Dick Schreuder, en su presentación en Castalia y ante la atenta mirada de Haralabos Voulgaris, plasmó lo que vamos a ver esta temporada. La propuesta de Dick Schreuder tiene sus riesgos, como el Gimnàstic demostró en los dos goles. Del vértigo a la temeridad hay un solo paso, un cortafuegos que el neerlandés y los suyos deben encontrar para evitar que lo visto este miércoles, en un amistoso, se repita cuando los puntos ya estén en juego, en poco más de dos semanas y ante un rival igual o más potente que el tarraconense.

Un Castellón que promete emociones fuertes... en las dos áreas. Un Castellón todavía por acabar, tanto en la definición de la plantilla como en la creación de esos super soldados que Schreuder quiere para que miren solamente al frente, a costa, a menudo, de dejar desguarnecida la retaguardia. El ejercito de Dick, su eficacia, pasa también por aumenta el número y la rapidez de esos automatismos de un equipo que juega con tres atrás, dos carrileros profundos a los lados y, luego, juntando muchos jugadores de medio campo hacia adelante, sin que le importe mucho jugar sin 9.

Idea definida

Sin Jesús de Miguel (fuera de la lista como, de nuevo, Borja Granero, Iago Indias, Jeremy de León y Dani Villahermosa; Kialy Abodul Koné reapareció la última media hora), Raúl Sánchez volvió a jugar en punta en una primera parte dejó los cambios, por precaución, de Manu Sánchez y Salva Ruiz. Muchas imprecisiones y un 0-0 convertido en auténtico milagro, ante las llegadas, más que oportunidades claras, de uno y otro. La mayor, el balón sacado bajo palos a Cristian Rodríguez.

Con el equipo resituándose, y tras el encontronazo que supuso la amarilla para Joan Oriol (repartió el Nàstic), Pablo Fernández aguó el estreno de Brian Schwake (ni tres minutos tardó en recibir su primer gol como albinegro). Mediado el acto, el 0-2, en otra acción de pocos toques visitantes que acaba Maurizio Pochettino (el hijo del ahora entrenador) fusilaba al estadounidense. Dos acciones que el público ya había visto el primer tiempo, pero que ahora afinaron más los grana.

A menos... pero llega el 1-2

El Castellón menguó, ya con las piernas pesadas y de nuevo poblado de refuerzos del filial, aunque sacó fuerzas de flaqueza para acortar distancias (Israel Suero, por fin, pudo superar el entramado defensivo visitante) y algún tuvo alguna opción para empatar. No importaba ya demasiado el resultado, aunque sí las sensaciones de un equipo cuya propuesta es tan tentadora como. a la vez, evocadora de pesadillas.