La crónica | El Castellón gana cómo y cuándo quiere al Atlético Baleares (4-2)

El Castellón es tan superior, se ve tan superior, que de vez en cuando se empeña en poner un punto de suspense. De otra forma, no se entiende que tardara tanto en despachar a un voluntarioso y ultradefensivo Atlético Baleares. Los albinegros erraron un penalti con 0-0, se dejaron igualar un 2-0 al borde del descanso y no se vio con los tres en el bolsillo, con lo que distancian Ibiza a siete (a la espera de que juegue en Melilla), hasta cuando la paella estaba lista para ser servida.

El Atlético Baleares metió el autobús del aparcamiento al terreno de juego. Descolgando solo a David Rodríguez y perdiendo tiempo desde la primera vez que su portero Jero Lario atrapó la pelota, trataba de cortocircuitar las elevada secuencia de pases y el alto ritmo de la circulación. El Castellón se preparaba con ese fútbol que a veces se confunde con el ataque estático del balonmano, pero le faltaba un puntito de celeridad y precisión.

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Consumida la primera mitad del primer tiempo, solo un latigazo de Julio Gracia había alterado la monotonía. Puede que eso animasen a los isleños, que se estiraron tímidamente y dejaron los espacios para que el Castellón le golpeara a la contra. Penalti sobre Raúl Sánchez, desperdiciado por Jesús de Miguel, tanto de primeras como en el rechace del portero y el poste a los 24 minutos.

Del penalti fallado, al 2-0

Ni siquiera el contratiempo descentró a los albinegros, que a continuación se encontraron con el 1-0. Julio Gracia, casi sin querer, metió la puntera tras un balón sin dueño en la frontal del área, en el 27’.

Increíble: de partido encarrilado al 2-2

En esta fiesta perpetua que es el Castellón, todo el mundo se une. ¿Que falla el penalti el pichichi? Pues se estrena Julio Gracia y, en el 32 Alberto Jiménez, en la segunda acción de un córner. El canario aún debía estar asumiéndolo cuando se llevó por delante a Toni Ramón en su propia área, esta vez con David Rodríguez batiendo a Gonzalo Crettaz y devolviendo emoción a la sesión matinal.

Lo que no era normal es que un equipo como el Baleares, que todavía no había marcado fuera neutralizara el 2-0., en una acción repleta de habilidad de Armando Shashoua, que contó con la pasividad local. Volver a empezar, en el minuto 41.

El enfado de Dick

Si Schreuder salió tan mosqueado por la segunda parte de Los Cármenes, pese a que el 0-3 nunca se vio amenazado, el vestuario debía de echar humo. Imperdonable tirar por la borda un penalti y el 2-0.

La letal conexión

Lo cierto es que estaba siendo una reanudación un tanto sosa, como si no hubiera habido regañina. Pero la calidad de este equipo es tal, que se juntaron de nuevo Medunjanin y De Miguel para restablecer la ventaja (min. 53).

El Castellón, con algunas veleidades defensivas, se empeñaba en no terminar de cerrar el partido, aunque llegaban las ocasiones, más numerosas y nítidas, en la portería visitante. Después de lo visto, el triunfo no estaba todavía a buen recaudo.

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Faltaba la aparición de Crettaz de todos los encuentros, para negarle al recién incorporado Miguelete el 3-3.

Apretar y sentenciar

El caso es que, contra pronóstico, el partido entró en la zona Cesarini sin estar resuelto, pese al empeño de Kastaneer, percutor por la derecha.

Al final, el respiro llegó con la paella a punto. En el 95’, la presión de Medunjanin a Jero dio sus frutos, porque Moyita acabó poniendo la rúbrica a puerta cerrada. Y el domingo, el Ibiza.

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