CD Castellón | El año de Jesús de Miguel, el león silencioso que ruge en Castalia

Cuando Jesús de Miguel fichó por el CD Castellón, se encontró en Castalia con un viejo conocido. El lateral Manu Sánchez recibió con los brazos abiertos a su antiguo compañero, con el que había coincidido en Unionistas. Manu explicó en Mediterráneo las dos caras de De Miguel: un tipo silencioso fuera del campo que se transforma sobre el verde. Un año después, se puede afirmar que Manu Sánchez estaba en lo cierto. De Miguel ha anotado 18 goles con el Castellón. Transita por el césped con el espíritu de un cazador: roba, pelea y conquista piezas en forma de gol. Sobre todo en el Estadio Castalia, donde ha marcado 12 de esos 18 tantos. Dos de cada tres. Su hábitat natural.

«Es un chico tímido, de pocas palabras, una persona muy sencilla que no gasta un gramo de energía en llamar la atención», explicaba Manu Sánchez sobre su compañero. «Pero en el campo cambia completamente, es un tipo que compite con mucha energía, con mucha garra y que si se tiene que enfadar para imponerse, se enfada», añadía. El Castellón pagó, según los medios salmantinos, 145.000 euros para hacerse con los servicios de De Miguel (renovado recientemente hasta 2026) y mejorar el rendimiento ofensivo.

Productivo

Así ha sido. Durante la temporada pasada sufrió alguna lesión que mermó su participación, pero terminó siendo el fichaje invernal más productivo. En el Castellón de Albert Rudé, De Miguel marcó seis goles y se consolidó como referencia del ataque. Dos de ellos fueron en la promoción de ascenso: uno ayudó a voltear la semifinal contra el Deportivo de la Coruña y el otro pudo significar el ascenso en Alcorcón.

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De Miguel convenció, pero ha sido este primer tramo del curso 2023/24 el que ha significado su explosión. Es evidente que se ha beneficiado del estilo atrevido de juego que ha implantado Dick Schreuder, pero no cabe olvidar que De Miguel fue decisivo para que la idea calara en el colectivo. Muchos de los protagonistas han admitido durante el año que el triunfo contra el Málaga en la primera jornada, después de una pretemporada irregular, fue clave para que todos en el vestuario se convencieran de que la propuesta alegre de Schreuder podía ser también competitiva. En aquella primera jornada, De Miguel salió desde el banquillo y marcó, en los minutos finales, el 2-1 definitivo. Ahí empezó todo: los goles, los récords y la dinámica invencible en Castalia, donde Demi ya es ídolo. 

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