La tradición y el apoyo vecinal son dos elementos clave de la ancestral e icónica cita

Els Pelegrins de Portell llegan a Sant Pere en silencio y con fervor

Las 12 personas completan la romería de ida y vuelta desde el municipio a la ermita situada en Castellfort

Els Pelegrins de Portell realizaron este sábado a romería hasta Sant Pere de Castellfort.

Els Pelegrins de Portell realizaron este sábado a romería hasta Sant Pere de Castellfort.

Els Pelegrins de Portell completaron ayer la icónica romería hasta la ermita de Sant Pere de Castellfort en medio de un riguroso silencio y con fervor. Fue la noche del viernes al sábado cuando, alrededor de las 5.00 de la madrugada y con noche cerrada, dio comienzo, un año más, una de las citas más ancestrales y de origen medieval. 

Los 12 peregrinos, 11 hombres y una mujer en esta edición, volvieron a iniciar el camino hacia la ermita siguiendo el ritual de separación y absoluto silencio. Así, tal y como establecen los cánones, todos ellos desfilaron en solitario para ejercitar la introspección tan solo acompañados por el presbítero y unos pocos acompañantes. 

Los honrados en perpetuar esta querida tradición fueron Javi Castillo, Albert Ferrer, Carlos y Héctor Chillida, Marc Ferrer, Patricia Bonavida, Marcos Tripa, Abel Camiols, Ferran Mestre, Felip Carceller, Marc Solsona y Javier Segura.

Los peregrinos, en el interior de la ermita de Sant Pere de Castellfort.

Los peregrinos, en el interior de la ermita de Sant Pere de Castellfort.

Rompiendo barreras

Hay que reseñar que, frente a la rígida norma de negar la participación a las mujeres, desde hace unos años la han actualizado y las féminas pueden tomar parte como peregrinas, extremo que durante muchos siglos ha estado prohibido.

Con todo, la jornada resulta de los más especial para todo el municipio, ya que la participación vecinal es muy importante en cuanto al recibimiento con emoción de los peregrinos.

Como dicta la tradición, tras culminar la llegada al templo y participar de la eucaristía, los devotos peregrinos volvieron recorriendo el camino de vuelta hasta Portell. De este modo, ya al anochecer, entraron a la localidad acompañados de las peanas y de los vecinos que les recibieron y dieron la bienvenida según estipula el antiguo ritual.