Burriana acelera el proyecto para evitar inundaciones en la Serratella

Recta final para sacar adelante el proyecto que contribuirá a minimizar las inundaciones en la zona marítima. El Ayuntamiento de Burriana ha adjudicado las obras para instalar los tornillos de Arquímedes en la Serratella, un plan muy reivindicado por los vecinos que, con cada episodio de fuertes lluvias, sufren graves daños en sus viviendas y bienes.

La plataforma de contratación del Estado recoge que la mercantil Pavasal será la responsable de ejecutar las tareas de obra civil para preparar el terreno, mientras que la firma Comes SA realizará el montaje de los mecanismos hidráulicos. Se trata de dos lotes que, en suma, ascienden a más de 1,13 millones de euros y que permitirán recuperar la salida natural al mar mediante un sistema de drenaje de gran caudal.

Previsión de inicio

El pasado octubre, el concejal de Urbanismo, Juan Canós, avanzó a Mediterráneo que la previsión que el equipo de gobierno manejaba era de poder comenzar los trabajos en noviembre. No obstante, la dilatación de los plazos administrativos retrasará este inicio, dado que en el procedimiento todavía falta por formalizar el contrato y notificar el acuerdo a Costas. Por tanto, es posible que las labores arranquen antes de acabar el año o, como máximo, a principios del próximo.

El plan contempla la ejecución de una obra de captación de agua acumulada en la acequia del Rajolí, uno en el tramo de vial perpendicular a la carretera de la Serratella y otro en la intersección del camí La Coixa. También la construcción de un colector de pluviales de conexión entre el pozo de captación y el sistema de elevación del mecanismo de los tornillos.

Esta maquinaria estará alojada en un casetón ubicado en el solar localizado, aproximadamente, a la altura del número 182 del camí Serratella, en la franja más cercana al litoral. Cada tornillo de Arquímedes de 1,90 metros de diámetros es capaz de evacuar hasta 1.000 litros de agua por segundo, es decir, tres veces más de capacidad de desagüe que la bomba de 70 CV que, actualmente, sirve para drenar la acequia del Rajolí.

Con la ejecución de los trabajos, culminará una infraestructura que comenzó a gestarse en 2020 y que ha supuesto una larga lista de solicitudes y trámites a las administraciones implicadas.

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