El pastelero de Castellón que crea monas de Pascua gigantes: desde Bob Esponja y la Patrulla Canina a Harry Potter o la torre Eiffel

Hace ya ni más ni menos que 26 años que un pastelero de Vinaròs tuvo la iniciativa de crear una gran mona de chocolate para donarla a un centro educativo o una entidad del municipio a través de la Fundació Caixa Vinaròs. Y cuando se acerca la Pascua, en la ciudad ya se espera la presentación de una dulce iniciativa que no ha fallado desde entonces, a excepción del año de pandemia, demostrando la constancia, la creatividad y el saber hacer de su autor, el pastelero Agustí Macip.

Macip y la Fundació Caixa Vinaròs han endulzado en todas estas ediciones a los centros educativos de la localidad y diferentes entidades benéficas, que han sido el destino de estas creativas y enormes monas de pascua elaboradas con el mimo de Agustí. Las temáticas han sido muy diferentes: desde dibujos animados como Bob Esponja o Hello Kitty, pasando por superhéroes, personajes como Harry Potter a edificios o lugares singulares de países, como la torre Eiffel o de Vinaròs, como la iglesia arciprestal o la de este año: el antiguo colegio San Sebastián.

Monas gigantes de chocolate 'made in Castellón' basadas en La Patrulla Canina, Bob Esponja o Harry Potter

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Se trata de un edificio emblemático de la capital del Baix Maestrat ubicado en el paseo marítimo, que actualmente es la sede de la escuela para adultos y la escuela de música de La Alianza. 

Presentación de la mona de este año

Este miércoles tuvo lugar en la pastelería Macip la presentación de esta majestuosa mona, con la presencia de la presidenta de la Fundació Caixa Vinaròs, Josefa Gondomar; el director del colegio Sant Sebastià, Nicolás Febrer; y el propio Agustí Macip. Este año se donará a los alumnos de infantil del colegio Sant Sebastià y su entrega, como es habitual, se hará el primer día lectivo después de las vacaciones de Pascua.

Agustí Macip ha explicado que ha utilizado entre 15 y 20 kilos de cobertura de chocolate para realizarla y que ha invertido casi 30 horas de trabajo para hacerla realidad: "Quise hacer este edificio, que fue mi colegio de pequeño y del que guardo muy buenos recuerdos de mi infancia. Además, mis hijos han acudido allí para ir a la escuela de música y yo ahora mismo hago cursos de inglés en la escuela de adultos”. La dificultad ha sido especialmente la realización del tejado, según explicó. 

Macip es una persona que disfruta de su profesión de una manera muy creativa, lo que plasma perfectamente en sus elaboraciones, en una apuesta por la tradición combinada con la modernidad. Su gusto por los detalles es muy apreciado por pequeños y mayores. Macip regenta una pastelería centenaria que tres generaciones después conserva un excelente estado de salud y que se mantiene en una de las arterias comerciales de la localidad: la calle Socors. La primera pastelería de la familia fue abierta en la calle Mayor número 27 por parte de Santiago Macip. “Entonces no tenía horno y permaneció abierta al público durante 15 años”, explica Agustí. Después el establecimiento se trasladó a la calle Socorro 26 , calle que en aquel tiempo se llamaba Ruiz Zorrilla.

“Hoy en día gracias a los pasteleros se mantiene la tradición de Santa Catalina, y por ello hay que felicitar tanto a la familia Macip como a todos los pasteleros que mantienen su ilusión y creatividad día a día”, concluyó.

Vinaròs: un pasado muy chocolatero

La iniciativa de Macip podría ser perfectamente un digno homenaje al pasado chocolatero de la localidad que podría hacerse extensivo al maestro chocolatero vinarocense considerado como el precursor de las monas de chocolate: Lluis Santapau Egea.

Tanta era la importancia del chocolate en la capital del Baix Maestrat que los vinarocenses eran llamados ‘xocolaters’ en las localidades cercanas.

En 1910 había censadas 16 personas con este oficio en Vinaròs. La fábrica más antigua y que perduró más tiempo fue la de Chocolates Gombau, situada en la plaza Tres Reis, fundada en 1785. El gremio de chocolateros estaba en Vinaròs desde principios del siglo XX integrado en la Societat Obrera “La Unión”, que perduró hasta el final de la guerra civil. Em septiembre de 1917 abrió las puertas la fábrica de Julio Chillida, y en un anuario de 1928 aparecen en la capital del Baix Maestrat fabricantes como Tomàs Fábregues, Facund Fora, Francesc Gombau, Viuda de Josep Gombau y Viuda de Sebastià Gombau, como artesanos, y como fábricas Ramon Adell y Antoni Serret. Esta última perduró hasta 1984 y fue la última existente en la provincia.