COSAS MÍAS

A beneficio de inventario

Antonio Gascó

Antonio Gascó

Hoy se emplea muy poco, pero que muy poco y eso es una prueba del empobrecimiento del lenguaje y la pérdida de vocabulario que, al autor de estas gacetillas, le preocupa pero que mucho, mucho. 

El otro día charlando con un amigo le descerrojé la frase:

--Mira, eso lo dejaremos a beneficio de inventario.

--¿Y eso qué es, no hablamos de fiscalidades de empresa? Me preguntó con la mayor languidez.

--Por supuesto, le dije. Y a continuación le desgrané el propósito de la locución y su origen. Mira --le comenté--, la frase viene a significar algo así cómo sin cuantía, sin trascendencia. Bien sabes, que un inventario es el índice que se hace de los bienes de todo tipo, pertenecientes a una persona o institución. En esa línea, cabe precisar, incluso, que los objetos inútiles o innecesarios, pasan también a engordar la lista, aunque no sirvan para nada.

Lenguaje jurídico

Es más que probable, que la locución provenga del lenguaje jurídico, en el que, como es sabido, aceptar una herencia a beneficio de inventario, es una práctica que consiste en reservarse el derecho de recibirla, una vez asentada la relación de los bienes, a fin de evitar que el beneficiario, deba pagar deudas que podrían incluso superar el valor de lo heredado. En otras palabras, la expresión alude, al hecho de aceptar algo siempre que los perjuicios no sean mayores que los beneficios. O sea, que la admisión de la herencia, si el testador tiene deudas, deja a salvo los bienes del recipiendario, para responder por los débitos del causante. Sinónimos: aquí no ha pasado nada y el que a Dios se la dé, San Pedro se la bendiga.

Cronista oficial de Castelló

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