Cosas mías

Benimahomet y Benirabe

antonio Gascó

El generoso privilegio de traslado de 1251 concedido por Jaime I, en el que faculta a su lugarteniente en el reino de Valencia, Ximén Pérez de Arenós, a iniciar la construcción de la nueva villa en el lugar que a él le parezca oportuno, en el ámbito de la llanura feudataria del Castell Vell.

En el documento, conservado en las dependencias del Archivo Histórico Nacional, puede leerse: «Damos licencia e íntegra potestad a Vos estimado don Ximén Pérez de Arenós, … para que podáis cambiar la villa a cualquier lugar que os parezca, dentro del término del mismo castillo de Castelló. Concediendo que todos los pobladores que en dicha villa habitasen o en ella tuviesen casas y huertos, tengan los mismos y los sucesores de ellos perpetuamente francos y libres sin ningún censo, tributo, uso, servicio y cualquier otra exacción, la cual a nosotros y a los nuestros o a otras personas por las mismas casas y huertos nunca a pagar estén obligados».

Este texto ha sido tomado como una carta de población, desde que el notario y cronista del siglo XVIII, José Llorens de Clavell, supusiera que la frase «para que podáis cambiar la villa de Castelló, a cualquier lugar que os parezca, dentro del término del mismo castillo de Castelló» equivalía a referir un descenso del monte al llano y, por tanto, a la fundación del poblado.

Es en ese periodo de la Ilustración cuando la romería hasta la ermita de la Magdalena, que desde el medievo se venía celebrando con un propósito penitencial, cambió su motivación, convirtiéndose en una celebración fundacional, como peregrinación de acción de gracias.

Pero, en verdad el privilegio de traslado lo que suponía era abandonar el primitivo lugar de asentamiento en el llano, junto a la alquería de Benimahomet, a su emplazamiento definitivo en la de Benirabe.

Cronista oficial de Castelló

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