CON LAS OREJAS TIESAS

Cuidar al arrendado y al arrendador

Juan Lozoya

Juan Lozoya

Es lo que tiene entrar de lleno en las campañas electorales, nos saturan con anuncios de planes y proyectos por vía de urgencia que han estado durmiendo el sueño de los justos durante cuatro años… o más.

Es el caso de la recientemente aprobada ley de la vivienda y el anuncio de medidas para facilitar el alquiler, especialmente entre las familias más desfavorecidas.

Aunque sea tarde, está muy bien que se planteen protocolos para tratar de acercar más el derecho de todos los españoles a una vivienda digna. Está muy bien que el Gobierno quiera poner en el mercado las viviendas vacías de la Sareb, aunque nadie sabe aún quién deberá pagarlas en el caso de que salga adelante en la práctica.

Y es que de las 50.000 viviendas que han anunciado que pondrán en el mercado, muchas están sin terminar, otras muchas desguazadas y más aún okupadas. Apenas un puñado podría estar a disposición de las familias con necesidad de ayuda… y parece que Pedro Sánchez no ha dejado claro si las pagará su Gobierno o si le colará el marrón a las comunidades autónomas.

Invito yo, pero paga otro

De momento, el conseller Illueca ya ha dejado claro, por si acaso, que si es el Consell quien tiene que comprar las viviendas, reclamará al Estado el dinero por otras vías. Es decir, que topamos con el problema de siempre: invito yo, pero paga otro.

Una vieja fórmula que le quiere colar Sánchez a Puig, experto ya en aplicar esta medida a las diputaciones cada vez que anuncia un nuevo plan. Así que, por ahí no tragará el presidente de la Generalitat. La otra cuestión es que la ley incide mucho en medidas para beneficiar a las personas que quieran alquilar, pero prácticamente no dice nada de proteger a los propietarios que puedan ser arrendadores potenciales. Mientras esto no cambie, nada cambiará.

Periodista

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