Las cuarenta

El CD Castellón y el tiempo añadido

Pepe Beltrán

Pepe Beltrán

Fernando Lázaro Carreter dedicó muchos de sus pedagógicos e inquisitivos dardos en la palabra al periodismo deportivo, verbigracia a la diferencia entre el idóneo verbo transitivo destituir y el intransitivo cesar, de tanto arraigo entre la profesión y que tanto incomodaba al secretario de la Real Academia de la Lengua. Con el tiempo, ya fallecido éste, y dada la tradicional postura salomónica --y cómoda--- de la venerada institución, por extendida se dio por buena tamaña irregularidad semántica y, hoy en día, se cesa a los entrenadores con mucha más facilidad que antaño, para alegría de los malhablados licenciados en ciencias de la comunicación, so pena de provocar indigestión léxica a los puristas y angustia a las depauperadas tesorerías de los clubes. En la misma medida, y con idéntico mal uso, denunciaba la incorrecta expresión "tiempo de descuento" a partir del minuto 90, porque su significado presupone restar mientras el reglamento invita a añadir aquel tiempo que se hubiera visto inhabilitado, ora por lesiones ora por juego detenido. No tardará la RAE en apadrinar este error matemático para desazón de sus coetáneos de la Academia de Ciencias Exactas.

En ese tiempo añadido ganaba el CD Castellón el pasado domingo y, como todo lo que te llega sin esperarlo: un beso furtivo, un regalo sorpresa, un castigo inmerecido, una cruel enfermedad o un accidente, despertando opiniones tan encontradas como la vida misma. La del domingo en Castalia, en positivo, vino a celebrar la (casi) clasificación del equipo para la liguilla de ascenso, expresión que el mentado Lázaro Carreter también preferiría frente al anglófilo e invasor play off de común abuso.

Puestos a comparar, dada la anemia económica heredada que no pudo disimular ni el Centenario, jugar la liguilla puede parecer hoy un premio mayor; sin duda, de no haber protagonizado un arranque de la temporada tan positivo --brillante sería exagerado-- hablaríamos ahora en esos términos. Pero una vez cobrado aquel, no se puede negar que se ha desperdiciado una irrepetible oportunidad para el ascenso directo.

Mas ya no es tiempo de críticas o lamentos, sino de aunar esfuerzos y fuenteovejuna aún puede compensar nuestros defectos individuales y nuestras lagunas tácticas. Pero no nos iría mal reconocer esas carencias como paso previo al propósito de enmienda y afrontar esa liguilla con la fortaleza mental y física adecuadas. Estamos en tiempo.

Los que ya han desaprovechado el suyo son los equipos femenino y juvenil albinegros. El descenso ha venido a confirmar lo que algunos ya denunciábamos meses atrás: en la Fundación albinegra han primado otros intereses que no los del fútbol base y, aunque ha habido muchos cambios, despidos y mejoras, ya con Bob Voulgaris y Pitch32 al mando, se acometieron en el tiempo añadido, cuando apenas lo había para la reacción. Duele tener razón en según qué circunstancias mientras algunos de los responsables han vivido del cuento tanto tiempo y se dedicaban al insulto facilón y populista como toda respuesta a aquellas denuncias.

LA POLÍTICA está tan mal considerada que ha convertido a las madres políticas en suegras, dice un chiste tristemente popular. Por eso nos suena tan mal que el CD Castellón sea utilizado como arma electoral y nos prometan lo mismo que hace cuatro años, sin apenas cambiar nada, y justamente por los mismos que no ha tanto apelaban por la desaparición de nuestro club y con él nuestro orgullo, apelando a la refundación en un engendro de intereses. El Castellón deviene una plataforma demasiado mediática para gente sin escrúpulos a quienes luego no les interesa para nada nuestra historia, solo medrar en alguna lista municipal. Copian el cinismo del invicto caudillo cuando les decía a sus ministros: «hagan como yo y no se metan en política». Por fortuna, estamos en el tiempo añadido y ya no volveremos a sufrir sus tropelías hasta dentro de cuatro años.