la rueda

Alejandro Sanz

carlos Hidalgo

No estoy bien. A veces no quiero ni estar, literalmente. Sé que hay gente que se siente así. Si te sirve, yo me siento igual». Este fue el comunicado que publicó la semana pasada Alejandro Sanz en las redes sociales. A pesar de que su mensaje no es una alegoría del optimismo, sí es positivo que normalice hablar de su salud mental. Aparte de confesar su decaimiento, el propio cantante mencionó también que, ser consciente de la situación por la que atraviesa, le ha hecho ponerse en manos de profesionales para superar este trance lo antes posible.

Uno de los puntos más importantes de esta noticia es que, al hacer pública su situación, puede hacer que suscite la reflexión de otros, máxime cuando se trata de alguien de fama internacional, con millones de seguidores y que, coloquialmente hablando, lo tiene todo. Por un lado, no solo es bueno que la gente vea que las oscilaciones anímicas nos suceden a todos, sino que también es muy positivo que se observe como utiliza el recurso de acudir a un profesional para recuperar su equilibrio emocional.

Por lo que se conoce, parece que lo que está padeciendo el cantante es anhedonia. De forma general, la anhedonia es la incapacidad para poder disfrutar de actividades o situaciones que en el pasado sí resultaban placenteras. Por lo tanto, se trata de una falta de reactividad a los estímulos considerados como placenteros de tal forma que, la persona que lo padece, termina perdiendo la motivación e interés por lo que le rodea. La anhedonia no está considerada en sí misma como una alteración, sino que se trata de un síntoma que se presenta en algunos trastornos como la depresión o la esquizofrenia.

Y es que una vida feliz no está exenta de cierta oscuridad, y la palabra felicidad acabaría perdiendo su significado si no estuviera equilibrada por la tristeza. Como dice un proverbio chino, no puedes evitar que el pájaro de la tristeza vuele sobre ti, pero puedes impedir que anide en tus cabellos.

Psicólogo clínico

(www.carloshidalgo.es)

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