Es violencia machista, violencia de género

Negar lo evidente. El pacto de la vergüenza PP-Vox ha venido a destapar hechos muy graves para nuestra democracia, nuestro país, para la ciudadanía y para las mujeres: negar la violencia de género, la violencia machista. De poner líneas rojas a poner alfombra roja. Se han atrevido hasta a decir que no es violencia de género, que es violencia verbal, un divorcio duro. Blanquear. Todo vale por el poder. Vergüenza, desfachatez, insulto. El pacto de las derechas es el mensaje a las mujeres de «mi marido me pega lo normal» (libro de Miguel Lorente Acosta).

Desde el año 2003 han sido asesinadas en España más de un millar de mujeres. Solamente hasta junio de este año 22 asesinatos. La violencia de género mata cada año en el mundo a demasiadas mujeres por el simple hecho de ser mujeres. Y cada crimen deja casi siempre niñas y niños huérfanos, las víctimas invisibles.

A esto se le llama violencia de género o violencia machista y no cabe duda de que es una forma de terrorismo contra las mujeres. Negar esta realidad pone en riesgo su seguridad y su libertad, así como la vida de sus hijas e hijos. El discurso negacionista culpabiliza a las víctimas y alienta la violencia de género. Por eso resulta intolerable y constituye una nueva forma de fascismo a la que hay que combatir sin reparos. Y en esa batalla estamos las y los socialistas: en combatir con los elementos del Estado democrático y de derecho ese discurso fascista del negacionismo. Les seguiremos plantando cara una y mil veces.

La violencia de género no tiene cabida en una democracia ni en la sociedad igualitaria por la que trabajamos. Por eso, nuestra obligación es eliminar esta lacra y proteger a las víctimas desde todos los ámbitos. Las mujeres, sus hijas e hijos deben saber que no están solas. Deben confiar en el amparo y protección de las instituciones, para que caiga todo el peso de la ley en el maltratador y para que reciban el apoyo que necesitan.

Unas instituciones que desde que gobierna Pedro Sánchez, sí, el Gobierno Socialista, destinan presupuestos públicos a salvar vidas y que están comprometidas con el desarrollo de la Ley Integral contra la Violencia de Género y del Pacto de Estado. Un Pacto de Estado contra la Violencia de Género que se firmó bajo un gobierno del PP pero no por su propia voluntad. Habían perdido la mayoría absoluta y la otra parte parlamentaria lo impulsó para hacerlo realidad. Prueba de su poco interés es que no lo dotaron económicamente. Tras la moción de censura y la llegada del gobierno socialista en minoría una de las primeras medidas fue poner dinero para el pacto y devolver las competencias a los ayuntamientos, que el PP les había quitado, para que pudieran desarrollarlo.

La mejor herramienta para combatir la violencia de género es la educación desde la cuna. Por eso quiero poner en valor la nueva ley de Educación, que permite educar en valores en aras a la igualdad, como recoge el Pacto de Estado contra la Violencia de Género. Y que las derechas han votado que no. Educación, sensibilización, prevención, ayuda, protección, amparo y reparación. Ese es el camino a seguir desde varios frentes. El Partido Socialista siempre ha apostado por la defensa de los derechos, la libertad y la seguridad de las mujeres. Aquí siempre nos encontrarán con la mano tendida. Diálogo, pacto y frente común para combatir a las y los que niegan la violencia de género.

Porque en la lucha contra la violencia de género no existen medias tintas: o se está al lado de las víctimas o se está al lado de los agresores. El equidistante siempre está con el maltratador, precisamente por esa pasividad. El Partido Socialista siempre ha estado y estará con las víctimas. Aquellas y aquellos que defienden teorías negacionistas están al lado de los agresores.

La mejor España que quiere y desea el PSOE es una España que no cede en la lucha por la igualdad entre mujeres y hombres, un país que las quiere a todas vivas, libres e iguales.

Candidata por Castellón al Congreso por el PSOE

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