BABOR Y ESTRIBOR

Guterres, Rajoy, Mazón y Pradas

Mazón está siendo fiel a su posicionamiento medioambiental con una nueva conselleria

Basilio Trilles

Basilio Trilles

Científico y expertos concluyen que julio del 2023 será el mes más cálido desde que hay registros. A tenor de tan inquietante dato el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, ha elevado el nivel de su persistente voz de alarma. El jueves, en la sede de la ONU en Nueva York, Guterres habló con crudeza a la prensa internacional: «Las consecuencias son claras y trágicas. Niños arrastrados por las lluvias monzónicas, familias huyendo de las llamas, trabajadores colapsando bajo un calor abrasador. Es un verano cruel para todo el planeta. Es un desastre. Y para los científicos es inequívoco. Los humanos tienen la culpa. Todo esto es totalmente consistente con las predicciones y las repetidas advertencias. La única sorpresa es la velocidad, pero el cambio climático está aquí. Es aterrador y es solo el comienzo. La era del calentamiento global ha terminado y ha llegado la era de la ebullición global». Tremendo.

En diciembre de 2015 el presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, firmó el histórico Acuerdo de París sobre el clima, en el que nuestro país se comprometía a establecer las medidas para frenar el calentamiento global. En aquella ocasión resultó relevante el liderazgo del español y exministro del PP Miguel Arias Cañete, a la sazón comisario de Cambio Climático y Energía de la Unión Europea. Evidenciando que el compromiso con la preservación del medio ambiente no es patrimonio de la izquierda, como desde el sanchismo y sus satélites, dígase Yolanda Díaz, pretenden vender a la ciudadanía. Una ciudadanía no siempre bien informada y fácil de manipular. El aparato de propaganda de La Moncloa Pictures intoxica a la opinión pública manufacturando mensajes del miedo, en cuestiones tan sensibles como la lucha contra el cambio climático. Estrategia de conocido resultado en la campaña del 23J, logrando situar al centroderecha que lidera Alberto Núñez Feijóo en un inexistente extremo, logrando asustar a muchos votantes.

Revelación de intenciones

En la Comunidad tenemos ejemplo gráfico de la perversa manipulación de la realidad que ejerce el bloque de la izquierda, integrado por un variopinto Frente Popular, empeñado en señalar al adversario de la otra orilla como depredador y contrario a las políticas climáticas. Las actuaciones del president Carlos Mazón resultan meridianas, en la tarea de desvelar la persistente ofensiva de falacias. Mazón está siendo fiel a su posicionamiento medioambiental con la creación de una nueva conselleria dedicada a tan nuclear cuestión, bajo el control del PP, tras restar contenido al departamento de Agricultura cedido a Vox. En declaraciones a este periódico, la consellera de Medio Ambiente, Salomé Pradas, asegura tajante: «El cambio climático es una realidad indiscutible y nuestra sociedad es cada vez más consciente de ello. Como poderes públicos nuestra misión es encaminar nuestras políticas a hacer frente a sus efectos, prestando también atención a sus causas». Resulta positiva la revelación de intenciones de la castellonense Pradas: «Apostaremos por el verdadero desarrollo sostenible, sin sectarismos y con sentido común». Añadiendo seguidamente: «el desarrollo y la protección medioambiental son compatibles». Las empresas son elemento esencial en el compromiso de frenar el calentamiento global. El papel de científicos, gurús del ecologismo y teóricos de la filosofía verde de nada sirve sin las acciones reales de quienes conforman los polos de desarrollo de la sociedad. Catherine McKenna, exministra de Canadá y colaboradora de Guterres lo define: «No es solo cuestión de gobiernos. Empresas, bancos, ciudades y regiones. Todos ellos tienen una labor muy importante que desempeñar». Ese es el camino.

Periodista y escritor

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