RECONTRA

La importancia de la sombra del árbol

Con el tiempo no podremos salir a ciertas horas de los días más calurosos y harán falta más equipos de aire acondicionado

Vicent García Nebot

Vicent García Nebot

Tengo un amigo de unos 45 años que es muy deportista. Le gusta competir en bicicleta y para ello entrena duro todas las semanas. Pero hace unos días cometió una imprudencia grave y salió a entrenar a 45° de calor. Y, con ello, pasó lo lógico e inevitable: le dio un golpe de calor que casi se lo lleva al otro mundo. Pero no es de esto de lo que os quiero hablar.

El caso es que ahora le ha quedado un trauma, del que seguro saldrá con el tiempo, que consiste en un pánico irremediable a salir a la calle cuando hace sol. Y me contaba que se ha dado cuenta de lo inhumanas que son nuestras ciudades sin árboles o, como mucho, con árboles ornamentales de esos que casi no hacen sombras para los peatones que deambulan por sus aceras.

Cierto engorro

Y es que la sombra verde es necesaria en nuestras duras calles de negro asfalto y humeantes coches. Por supuesto que tener árboles puede suponer un cierto engorro al quitar espacio para el aparcamiento de coches. Al quitarnos las vistas de la bonita fachada de enfrente. O al poder afectar a las conducciones de tuberías o a levantar las aceras.

Pero todo ello es superable, creo yo. O, en su caso, un mal menor frente a lo que supone unas ciudades estéticamente más o menos bonitas, pero inhabitables en los periodos de calor extremo que cada vez suelen darse más en estos tiempos en los que el clima ya ha cambiado.

Mi amigo podrá no salir en unas cuantas semanas a la calle, pero con el tiempo tampoco podremos salir nosotros a ciertas horas de los días más calurosos y necesitaremos más equipos de aire acondicionado… quienes puedan pagárselo, claro.

Urbanista

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