El sindiós nacional

Europa ha tenido ocasión de conocer la verdadera cara del populista Pedro Sánchez. Llegó al parlamento de Estrasburgo, soltó un cúmulo de trolas, mediando el III Reich y la falsedad de la rotulación de calles con nombres de próceres del franquismo en ciudades españolas donde gobierna el PP con Vox. 

Dio media vuelta y salió del hemiciclo con sonrisa sarcástica mientras más de la mitad de los eurodiputados presentes lo despidió con abucheos. 

El espectáculo más bochornoso protagonizado por un presidente de turno del Consejo de la Unión Europea. Aguantó las veladas amenazas del delincuente Carles Puigdemont: «Si no cumple las promesas». Empero, no le gustó a Pedro Sánchez que el presidente del Partido Popular Europeo, Mangfred Weber, le leyera la cartilla y desmintiera que la EU nada tiene que decir sobre la ley de amnistía y las maniobras encaminadas a secuestrar el poder judicial. Weber le dijo que la situación de España creada por su interés personal preocupa en extremo en la UE y anunció la creación de una comisión de investigación. 

Títere política

Al tiempo, en el Congreso español, la títere política de Puigdemont, Míriam Nogueras, siguió al pie de la letra las instrucciones de su ventrílocuo atacando con nombres y apellidos a los jueces y altos jefes policiales que hicieron valer el Estado de derecho frente al golpe perpetrado por los independentistas catalanes. Ignominia loada por Turull, el mismo que (vamos de estupor en estupor) ayer anunció que en breve «los dos presidentes (por Sánchez y Puigdemont) mantendrán una reunión fuera de España». Sin palabras.

Entre tanto sindiós, el PSOE entrega a Bildu la alcaldía de Pamplona y Otegi advierte que es el principio. ¿Qué habrá pactado Sánchez con el de ETA?

Periodista y escritor