BABOR Y ESTRIBOR

Puigdemont manda

Basilio Trilles

Basilio Trilles

Si alguien de buena voluntad tenía alguna duda, quedó disipada el pasado miércoles durante la patética sesión del Congreso celebrada en el hemiciclo del Senado. Ha quedado probado que el prófugo Puigdemont tiene las riendas de la gobernabilidad de España. El delincuente asentado en Waterloo maneja a su antojo a Pedro Sánchez, conocedor de la debilidad egocéntrica del presidente del Gobierno. Jamás creí que podría ser testigo de la situación de aberración política que afecta a la vida cotidiana de la cuarta potencia de la Unión Europea. Estos días ofreciendo un espectáculo al nivel del más insolvente país de esencia bananera, en el que la rendición ante el chantaje mafioso ni siquiera guarda las apariencias. Asistimos atónitos a una imparable y denigrante huida hacia adelante en el más puro estilo de lo que ya se ha dado en llamar sudapollismo.

Sometimiento

Tras la sumisión vergonzante de Sánchez, en la desesperación de entregar lo que se le antoje a la derecha independentista catalana, con tal de seguir en el primer despacho de la Moncloa, y vistos los antecedentes de cuanto acontece en los planos ético y moral desde su investidura, invita a vaticinar que el último episodio de sometimiento ante Puigdemont resulte un aperitivo de lo que viene. El delincuente que dirige Junts pronto volverá a cruzar los Pirineos y en Cataluña será recibido en olor de multitudes. El artículo 43 bis del decreto ley omnibus que podía retrasar el heroico regreso anteayer fue eliminado para blindar la situación de privilegio del fugado. Y, ojo, a ver qué pasa con la extorsión secreta de Bildu. Matute, en apoyo a Sánchez, ha dicho: «No nos hemos equivocado de trinchera ni de enemigo». Alentador panorama.

Periodista y escritor