LA RUEDA

Sobre la contradicción

Henri Bouché

Henri Bouché

Todo el mundo sabe qué es la contradicción, es decir, como enseña la RAE, «negación y afirmación que se enfrentan una a la otra y recíprocamente se destruyen». Por lo tanto, es una discordancia, una antítesis, una oposición…

Pues bien, cuando uno comienza a echar mano de los medios de comunicación y de las noticias que por ahí se recogen observa las contradicciones que ese mundo nos ofrece. Frente a la opulencia observada en la vida cotidiana de unos aparece la indigencia de otros. Hace unos días la televisión, sobre todo, y otros medios, mostraba imágenes de verdadero dispendio por parte de determinadas personas de esos mundillos que exhiben sus propiedades íntimas como muestra de su poder y ostentación; o de otras con lujosos viajes para provocar al débil. O lo que es peor, el desastre y violencia originados por los conflictos y la guerra, muerte y destrucción, familias destruidas y pueblos abandonados por falta de todo. Flagrantes desigualdades e inmorales contradicciones. Y buena parte de la masa adorando tan necios programas.

Guerras

Y no digamos de las guerras que siguen en marcha en la actualidad: Israel/Hamás en la Franja de Gaza, invasión rusa de Ucrania, Somalia, Burkina Faso, Yemen, Nigeria, etc. Todo ello con millonarias inversiones y cuantiosas pérdidas. ¿Sabe el lector lo que cuesta un misil de Hamás o de Estados Unidos o de Israel? ¿Cuánta desnutrición provocan guerras y conflictos? ¿Cuántas pérdidas humanas, cuánta pobreza genera a aquellos que lo sufren…?

Por una parte esto y, por otra, enfermedades, trabajo, reconstrucción, despilfarro… Puras contradicciones. Y, muy en especial, publicidad engañosa de quienes propician o aplauden esas, llamémosles ostentaciones, o pueriles exhibiciones de prepotencia doméstica. ¿Me entienden? Claro. Nuevas contradicciones.

Profesor