COSAS MÍAS

La calle de ‘El pito’

Antonio Gascó

Antonio Gascó

Una nueva epidemia de cólera vino a enturbiar el bienestar de Castelló desde el final del verano de 1884, en que se creó un cordón sanitario en la ciudad y se dispuso la casa prioral del Lledó como dispensario de observación y confinamiento de los posibles infectados, además de dos almacenes de la carretera de l’Alcora. Las medidas para erradicar la dolencia fueron motivo de discordia en el Ayuntamiento, llegándose a extremos de inexplicable pugna entre dos reputados galenos locales: el edil republicano Antonio Forns y el alcalde José Tárrega, por aplicar o no la vacuna Ferrán y por el espectro social que había de subvencionar. El médico tortosino Jaime Ferrán investigó sobre las profilaxis pasteurianas y, en enero de 1885, dio con la inmunización anticolérica que estaba administrando desde la comarca de la Ribera Alta. Sin embargo no todos los especialistas de su época aceptaron sus conclusiones (entre ellos el Nobel Ramón y Cajal).

Cinco duros

Esta desavenencia también estaba presente en las sesiones municipales de nuestra ciudad. Por otra parte, eran las clases más adineradas las que podían pagarse el remedio, mientras en las menos pudientes creció un sentimiento de miedo al médico, pues se decía que eran ellos quienes habían causado la enfermedad para enriquecerse al cobrar cinco duros por cada inoculación.

En la casa de la villa se instaló una cocina económica de hierro para preparar caldo de gallina, a fin de alimentar a los afectados más desfavorecidos y el alcalde dictó un bando señalando a la población que el ayuntamiento proporcionaría, a quienes no pudieran pagarlos, médicos y medicinas para combatir la epidemia. El número de defunciones arrojaría la importante cifra de 301 en los casi ocho meses que duró la plaga. No obstante, las diatribas en el consistorio continuaron. Finalmente, la postura de Tárrega logró, con sus medias de aislamiento, que la enfermedad se redujera, razón por la cual todavía rotula su nombre la antigua calle de El pito.

Cronista oficial de Castelló