A FONDO

Digamos 'no'

Las cesiones que se están llevando a cabo por Sánchez conllevan una degradación institucional

Susana Marqués

Susana Marqués

El pasado sábado, miles de alcaldes y alcaldesas de toda España nos dimos cita para ser escuchados y manifestar nuestra profunda preocupación por la deriva que está tomando nuestro país con un Pedro Sánchez que parece haber olvidado el ideario socialista, un presidente que parece empeñado en un proyecto de ruptura, capaz de ceder a cualquier pretensión de sus socios independentistas, con tal de mantenerse en el poder.

Y es que estamos asistiendo a uno de los momentos más convulsos de vida política en democracia, por ello más de 3300 alcaldes quisimos reiterar nuestro no rotundo a la amnistía que pretende el Gobierno y ratificar con nuestra firma, nuestro compromiso con el Estado de Derecho, la defensa de la Constitución y la igualdad de todos los españoles.

Una igualdad que está seriamente comprometida por las decisiones injustas y arbitrarias de un Partido Socialista que no duda en saltarse sus propias líneas rojas, atacando los principios constitucionales más básicos y desestabilizando el funcionamiento de las instituciones del Estado, tomando decisiones que hacen peligrar la viabilidad de todos los niveles de la administración, incluido el nuestro, el más próximo a los ciudadanos como es el municipal.

Nuestro deber como representantes democráticamente elegidos por nuestros vecinos es defenderles contra el despropósito y la injusticia que significa conceder prerrogativas a unos pocos, por un puñado de votos, al tiempo que nos discriminan a otros en función del territorio donde vivimos. Y no vamos a consentir que un presidente cree una España ciudadanos de primera y de segunda, que se antepongan las exigencias de unos pocos, frente al interés general de todos; exigimos que se cumpla con el ordenamiento jurídico y con el mandato constitucional y que todos seamos libres e iguales.

Degradación institucional

Porque todas las cesiones que se están llevando a cabo por Sánchez conllevan una degradación institucional, alteran las reglas de juego democráticas y suponen un gran problema para quienes tenemos la responsabilidad y la encomienda de gestionar los recursos de nuestros vecinos, trabajando en pro de mejorar su vida cotidiana. Pero Pedro Sánchez no se da por aludido, quizás porque nunca ha sido alcalde. Todo vale con tal de mantenerse en el poder, al precio que sea, para asegurarse su permanencia en el Gobierno de España, a pesar de haber perdido las elecciones.

Pero si el sábado uníamos fuerzas desde el municipalismo como alcaldes y alcaldesas, el domingo lo hicimos junto a 70.000 personas que de manera democrática, pacífica y cívica, nos concentramos en la Plaza de España de Madrid para decir No. Decir no a que la extorsión a la que está sometiendo el independentismo a Sánchez, decida el futuro de nuestros hijos, de nuestros nietos, ni el nuestro propio como está ocurriendo en los primeros meses que llevamos de legislatura.

Decir un no rotundo a la Ley de Amnistía que hoy martes se debate en el Congreso de los Diputados atentando contra la igualdad de todos los españoles, lo que supone un flagrante deterioro de nuestro Estado de derecho que consagra nuestra Constitución, la que nos dimos en 1978 dentro de un marco de pacifica convivencia.

Y es que, tanto la Ley de Amnistía que se está tramitando como el resto de privilegios que el independentismo está imponiendo como condición para mantener a Sánchez en el Gobierno ponen de relieve a un presidente débil y extorsionado a todo momento. Exigencias tales como negociar en Suiza a escondidas y con un prófugo de la justicia, en lugar de hacerlo en el Parlamento de España; o despenalizar los delitos de malversación blanqueando incluso el terrorismo, queriéndolo hacer pasar por vandalismo; o anular el delito de sedición e incluso entregar el Ayuntamiento de Pamplona a Bildu, mientras repetían que jamás pactarían con terroristas. En definitiva, incumpliendo la palabra dada, incluso a sus propios votantes y ya se sabe que en política, la incoherencia, es la peor de las políticas.

Alcaldesa de Benicàssim y senadora