RECONTRA

A veces, lo público es necesario

Vicent García Nebot

Vicent García Nebot

Que el tema de los coches eléctricos tiene muchos detractores ya lo sabemos. Son muchos los que dicen que el sistema no es posible, bien porque la tecnología todavía no te permite cargarlos en cinco minutos como los coches convencionales, bien porque no hay puntos de recarga suficientes para su conexión y repostaje. Hay excusas para todos los gustos y paladares.

Aquí, en España, el problema suele ser el lío de empresas suministradoras de energía eléctrica y los monopolios territoriales que existen en materia de infraestructuras. Todas ellas con la idea de que: "Si el punto de repostaje no lo pongo yo, pues que no lo ponga nadie". Aunque eso perjudique a todos. A las propias empresas, a la implantación de los vehículos eléctricos que se tienen que cargar en casa por las noches y, sobre todo, al medio ambiente.

Sin embargo, en Portugal, desde hace casi una década, están demostrando que es posible, alcanzando el 31,8% de matriculaciones de coches eléctricos (más que España y solo por debajo de Noruega).

Expansión de la red

Uno de los elementos cruciales en este éxito es la red de recarga, que cuenta con 7.970 puntos distribuidos por los 308 municipios y gestionada por la empresa pública (sí, he dicho pública) Mobi.E, que promocionó la gratuidad de la recarga entre los años 2016 y 2020, que incentivó la compra de automóviles eléctricos, ayudando a la rápida expansión de la red de estaciones de carga, apoyada por la participación en la iniciativa del sector privado.

La clave de este éxito está radicando en una plataforma única y de obligatorio cumplimiento, diseñada por Mobi.E, que permite la interconexión de todas las aplicaciones y operadoras, garantizando la interoperabilidad y facilitando el acceso a la red completa de puntos de recarga.

Copiar es bueno, aunque sea con una década de retraso y dedicando parte de nuestros impuestos a la movilidad sostenible y la lucha contra el cambio climático.

Urbanista