RECONTRA

Mejor prevenir...

Vicent García Nebot

Vicent García Nebot

El drama sufrido en el incendio de Campanar en València con 10 fallecidos en circunstancias extremas y la cantidad de bomberos (auténticos héroes) heridos graves, dan lugar a repensar la situación en que se encuentran los edificios en los que vivimos. Y que, como hemos visto horrorizados, pueden desaparecer en pocas horas.

La prevención, y saber sobre qué tipo de peligros podemos estar viviendo nosotros y nuestras familias, cuesta dinero. Cierto. Pero ¿a que ahora te gastarías unos cuantos euros por saber si corres un peligro parecido al de los vecinos de Campanar?

En 2018 la Generalitat estableció la obligatoriedad de que se emitan «informes de evaluación de los edificios de viviendas» cuando un edificio con uso de vivienda tenga una antigüedad superior a 50 años. O cuando las personas propietarias de los edificios, unifamiliares o plurifamiliares, pretendan acogerse a programas públicos de ayudas para el fomento de la rehabilitación, independientemente de la antigüedad.

Informe de evaluación

Ello no quiere decir que no sea conveniente realizar en nuestros bloques de pisos el informe de evaluación del edificio. Porque siempre es conveniente que un técnico competente nos describa y evalúe las características constructivas de nuestra finca (como decimos los valencianos) indicando su estado de conservación, sus condiciones de accesibilidad y eficiencia energética, señalando las deficiencias constructivas, funcionales, de seguridad o de habitabilidad detectadas, con el fin de advertir sobre ellas y orientar las acciones necesarias para mantener el adecuado estado de conservación.

Es, por tanto, el instrumento más eficaz del que disponemos en la Comunitat Valenciana para diagnosticar el estado del parque construido de viviendas, anticipar las actuaciones de urgencia, permitir acometer operaciones de mantenimiento y obras de rehabilitación e, incluso, propiciar su adaptación a las necesidades actuales de accesibilidad y eficiencia energética. Y, sobre todo, evitar desgracias.

Urbanista