Opinión | Tribuna vecinal

El Día Internacional de la Mujer

Cada año se conmemora el 8 de marzo el Día Internacional de la Mujer, una fecha clave para sensibilizar a la sociedad y potenciar el derecho a la igualdad de las mujeres. La coincidencia de las fiestas fundacionales de Castellón con el Día Internacional de la Mujer ha hecho que los actos culturales y deportivos para tal celebración se trasladaran una semana para que no perdiera protagonismo.

En la actualidad es necesario recordar el significado que tiene esta fecha en la que muchas mujeres se lanzaron a la calle para mejorar su vida y las de sus hijos alrededor de 1910. Hoy es preciso rememorarlo porque la igualdad entre hombres y mujeres que establece la Constitución de 1978 no es una realidad y es un hecho que las oportunidades sociales y laborales no son las mismas para los dos géneros.

Aún son una minoría las mujeres que ocupan cargos relevantes en empresas y es preciso un cambio en la mentalidad de los ciudadanos y la educación tiene un papel decisivo para que las mujeres puedan ponerse al frente y rompan con estereotipos.

Es necesario que se fomente la igualdad desde una edad temprana, en el hogar, en el colegio y en el instituto.Hay que combatir el lenguaje sexista. Es preocupante que un porcentaje elevado de jóvenes teman sufrir una agresión sexual y las estadísticas corroboran el aumento de casos de violencia de género o intrafamiliar. Da igual la etiqueta que se le ponga, la realidad es que la mayoría de las víctimas son mujeres.

Nuestras madres y abuelas dieron un paso adelante en la lucha por la igualdad y no podemos aceptar que la moda hecha por hombres que nunca han conocido el frío y cosifica a la mujer, ni el reggaeton, esa música que tiene un efecto grave en los adolescentes porque muestra una falta de respeto hacia la mujer con unas letras que hablan de sexo, racismo y drogas son una salsa perfecta para aceptar vivir en la miseria. Por ello, la educación es el arma más poderosa para conseguir la igualdad plena. No hablo de someter al varón, sino de una convivencia igualitaria. La educación de calidad, en la familia y en el ámbito escolar tendrá un poder considerable para eliminar la brecha salarial entre hombres y mujeres y alentará a las estudiantes a perseguir sus sueños, de modo que acabará con la desigualdad laboral.

Cabe esperar que las leyes fomenten la conciliación familiar y que el cuidado de los menores y de los ancianos no recaiga sólo en las mujeres para que éstas no tengan que reducir su jornada laboral o hayan de renunciar a sus expectativas profesionales. No queremos que se nos regale nada, pero sí que haya justicia social y laboral.

A la mujer le corresponde denunciar el sexismo o el acoso en el trabajo, exigir la igualdad dentro y fuera del hogar, acabar con el tópico de que el trabajo de la mujer nunca termina y compartir las tareas del hogar sin remordimiento. Reivindicar nuestros derechos constitucionales, dejarnos de sacrificios y victimismos porque la mujer no puede ser un testigo mudo de su propia experiencia. La mujer ha de coger las riendas de su vida y recuperar lo que nos pertenece, la igualdad, ni más ni menos.

Presidenta de la AAVV La Choquera