Opinión | PUNTO DE VISTA

Ira, cólera, enfado, rabia, enojo, furia

Todo términos sinónimos. Es una emoción muy negativa que se expresa a través de la irritabilidad. Pregúntate para qué sirve. Con frecuencia la ira implica alguna decepción o una expectativa frustrada.

Pensad: ¿Cuál es la causa de mi ira? ¿Qué conseguiré gritando y poniendo cara de enfadado? ¿Cuál era mi expectativa? ¿Puedo obviarla y aceptar a los demás tal como son, en lugar de como yo creo que deberían ser? ¿Va a beneficiar a alguien mi ira, incluyéndome a mí? La ira, si no se contiene, puede conducirnos a una acción destructiva, de la cual nos arrepentimos más tarde. Destruye relaciones, aleja a los demás y roba tu paz mental. No sirve de nada. Puede tener muchas consecuencias físicas y mentales.

Los efectos físicos de la ira incluyen aumento del ritmo cardiaco, de la presión sanguínea y de los niveles de adrenalina. Puede conducir a pensamientos o acciones violentos y agravar enfermedades mentales, como la depresión.

Todos intentamos cuidar de nuestra salud física y para ello necesitamos un cuerpo y una mente sanos y equilibrados. El miedo y la ira destruyen esa tranquilidad. La ira no nos ayuda a solucionar los problemas, tan solo los empeora. Al final, solo a través del ejercicio mental y del razonamiento lógico, conseguimos transformar nuestras emociones. Hay que evitar los ataques que te llevan a perder tu prudencia y a la posibilidad de causar daño a otros. Es una respuesta inmediata y poco civilizada a las frustraciones, la amenaza o la perdida. Por el contrario mantener la calma ante una provocación es admirable. Se dice que los mejores son lentos en enfadarse y rápidos en calmarse.

Notario y doctor en Derecho