Antes de acabar el año. Este es el objetivo que se marca el concejal de Servicios Públicos de Vila-real, Francisco Valverde, para aprobar y empezar a poner en marcha el primer Plan Local de Residuos con que contará la ciudad, con la mirada puesta en reducir notablemente el impacto ambiental de las basuras que se generan en el municipio cara al 2030.

Un plan que, como apunta el edil a Mediterráneo, «tendrá un carácter vivo, lo que permitirá aplicar los cambios que se requieran en los contratos de recogida y tratamiento de residuos sólidos urbanos». Precisamente, los servicios técnicos ultiman la licitación de esta contratación, que Valverde confía en que esté operativo para después del verano.

El concejal reconoce que, en el diagnóstico de la situación actual previo a la elaboración del documento del plan se incide en que «faltan contenedores y, en algunos sitios, la gente tiene que caminar demasiado para encontrar recipientes para el reciclaje».

Asimismo, hace hincapié en que uno de los principales objetivos para la presente década es «llegar a generar un residuo final insignificante, consiguiendo valorizar y reciclar el 90% de la basura».

Un objetivo que incluye la apuesta por implantar los contenedores marrones para los restos de materia orgánica que se generan en las casas y que pueden transformarse en compost para el abonado de los campos. 

Intención

Una de las premisas en las que incide el edil Valverde es en la necesidad de que el documento que marcará las líneas a seguir en la gestión de los residuos de Vila-real nazca con el máximo consenso, no solo de los grupos políticos con representación municipal, sino de toda la sociedad.

Al respecto, días atrás tuvo lugar una primera toma de contactos con las entidades que integran el Consell de Participació Ciutadana para darles a conocer el borrador del plan, con el fin de que puedan aportar sus sugerencias. Aun así, se constató la necesidad de que los vecinos tengan lo más cerca de sus casas recipientes en los que depositar sus restos. 

En este sentido, Valverde avanza que entre las propuestas que se quieren poner en marcha a corto y medio plazo se encuentra la de la creación de islas con todo tipo de contenedores, desde los de materia orgánica a los de plásticos y envases, vidrio y cartón.

Electrificación

El concejal insiste en que la sostenibilidad es la meta en la gestión futura de los desechos urbanos. Tanto es así que, como avanzó Mediterráneo en su edición del 26 de marzo, el nuevo contrato de recogida y tratamiento de basuras, en las que se incluyen tanto la de tipo domiciliario como la retirada de voluminosos, incluirá la exigencia de que la empresa adjudicataria deberá realizar su trabajo con camiones 100% eléctricos. «Es hora de dar un paso importante en este sentido, en una contratación que se calcula que será para un periodo de unos cinco años», señala.

Entre las ventajas del uso de estos novedosos vehículos electrificados --que ya forman parte de los servicios que se prestan en ciudades como San Sebastián, Madrid o Barcelona-- destaca su respecto al descanso del vecindario por el escaso ruido que generan.