La crónica | El Villarreal naufraga en Marsella y se aleja del sueño europeo (4-0)

Si creen en los milagros, vayan encomendándose a Sant Pasqual. El Villarreal CF prácticamente ha dicho adiós en la noche de este jueves a la Europa League 2023/24. El sueño de aspirar a volver a jugar una final y a conquistar un título continental parece que se esfumaron de un plomazo o, mejor dicho, de un vendaval, el vendaval celeste del Olympique de Marsella.

El conjunto francés, que visitó de blanco, arrasó a un Submarino que naufragó a orillas de la Costa Azul. Los de Marcelino García Toral fueron goleados por un rival que puso todo lo que le faltó a los ‘groguets’: garra, intensidad, corazón, oficio, fútbol y, sobre todo, goles. Un 4-0 que duele y que convierte casi en una quimera en pensar si quiera en jugar una prórroga en el partido de vuelta.

Así te hemos contado el Olympique de Marsella-Villarreal (4-0)

Pero esto es fútbol y todo puede pasar. Eso sí, ni el más optimista de Miralcamp apostaría esta noche en que la remontada (o el 4-0 que llevaría a un tiempo extra) es posible, tras ver cómo los suyos encajaron los goles y la endeblez defensiva de los amarillos ante un buen rival que liderado por Amine Harit y con Aubamyang en plan ejecutor, quienes sacaron los colores a un Submarino que terminó tocado y casi hundido.

Sorpresa en el once

Sorprendió Marcelino con su alineación. Y eso que apostó por los cuatro centrocampistas que tan buen rendimiento están dando en LaLiga, con Comesaña y Coquelin en el doble pivote, Akhomach y Baena por bandas, y la dupla Gerard-Guedes en punta.

Además, sí que se esperaba que uno de los dos laterales fuera un central, para fortalecer a la zaga tanto en el juego aéreo como ante la velocidad del rival. Pero el técnico amarillo dispuso de cuatro centrales en la línea de cuatro atrás, con Bailly y Mosquera en el centro, y Mandi y Cuenca en las bandas, con lo que se perdió profundidad y velocidad y provocó que el equipo reculara demasiado en la primera mitad.

La idea del preparador asturiano era la de esperar en su campo a un atrevido conjunto marsellés, con el propósito de salir a la contra. Pero en poco más de media hora el Olympique sacó los colores a un Villarreal que ni robaba ni generaba juego en el centro del campo, sufría mucho por las bandas y apenas cruzó la medular.

Vendaval celeste

Dada la predisposición ‘grogueta’, el Marsella pisó el acelerador a las primeras de cambio, liderados por la magia de Amine Harit, el oficio de Kondogbia y Veretout, y la verticalidad de Ismaïla Sarr y Aubameyang, un vendaval celeste que se tradujo en tres en un primer acto sublime para los franceses y para olvidad para los de la Plana Baixa.

Salvo un amago de ocasión en el minuto 7 entre Akhomach y Coquelin, el resto fue un monólogo del Olympique. Harit avisó en el 10 a Pepe Reina de lo que se le venía encima.

Fue pasado el minuto 20 cuando comenzaron a aparecer los errores defensivos y la descoordinación, especialmente por la falta de salida de balón por banda.

Los marselleses salían como balas nada más robar y, en el 23, un desajuste entre Cuenca y Baena terminó en un centro de Clauss por la derecha que Veretout cabeceó a la red, más solo que la una, ante el despiste de Comesaña, que se olvidó de él en la marca.

El 1-0 fue un mazazo que se agravó cuatro minutos después con una desgracia entre Comesaña y Mosquera, ya que el primer desvío del vigués a pase de la muerte de Harit se convirtió en un autogol del colombiano, que se arrodillaba en el suelo al ver que había anotado el 2-0.

Sin reacción

Quedaba tiempo y eliminatoria, pero los intentos de ir al ataque del Villareal se quedaban difuminados por la medular y los centrales de los marselleses, que a la contra pudieron hacer el 3-0 pasada la media hora con un mano a mano que falló Ndiaye tras paradón de Reina.

Aunque dicho 3-0 llegó antes del descanso, cuando de nuevo Mosquera llegó tarde a abortar una internada de Ismaïla Sarr. Su derribo no lo vio el árbitro, pero sí el VAR. Penalti claro y gol de Aubameyang, que mandaba a los equipos al descanso con una sensación de que el Submarino estaba tocado y… casi hundido.

Otro gol y para casa

La segunda mitad fue más de lo mismo. Marcelino hizo tres cambios de golpe en busca de un atisbo de reacción que nunca llegó, ya que la entrada de Alberto Moreno, Parejo y Sorloth no supuso mejoría alguna, a excepción de algo más de criterio en el pase de la mano del mediocentro madrileño.

El resto no funcionó. Ni el hecho de pasar a Mosquera al lateral diestro y Cuenca a ejercer de central.

Para colmo de males, si cuando tienes un rival superior, el rival encima tiene suerte, pues nada que hacer. Aubameyang, tocado por la divinidad anoche, marcó un golazo en el 59 en un intento de centro desde la banda que se coló por la escuadra: ¡4-0, ‘game over’!

A ello se le sumó la expulsión por doble amarilla de Alberto Moreno en el minuto 62. Lo demás, totalmente intrascendente, a excepción de un mano a mano que Reina le sacó a Ismaïla Sarr.

El Villarreal naufragó en el Stade Vélodrome ante un Olympique de Marsella muy superior que dejó sin argumentos a un Submarino al que solo un milagro en La Cerámica el próximo jueves podría devolverle la vida en la Europa League. 

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