El 60% de casas vendidas en Castellón está en la costa pero el interior crece más

Por volumen de población, servicios y afluencia turística, los municipios de costa de Castellón se llevan la palma y acaparan seis de cada diez ventas de viviendas de la provincia, el grueso. Con todo, la estadística revela que el ejercicio pasado, mientras el negocio inmobiliario en la playa se frenó ligeramente, en la franja interior avanzó considerablemente.

El Ministerio de Agenda Urbana concreta que en la provincia durante todo el 2022 se formalizaron 12.007 ventas de viviendas (291 menos en un año): de ellas, 8.643, más del 60% (el 66%, en concreto) se dieron en el litoral --lo que implica un descenso del 2% en un año--; mientras el interior, con 3.364, se elevó un 19%.

¿Cómo evoluciona en este 2023? Pues como ya publicó Mediterráneo, los altos tipos de interés están frenando la compra de vivienda, al ver cómo la financiación da como resultado final pisos más caras. «Los potenciales compradores ven que obtener el préstamo es más complicado y, ademas, les va a salir más caro. Son incertidumbres que retraen la compra y la inversión», aventuró el presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Castellón (Coapi), Francisco Nomdedeu. En su opinión, «hay más viviendas a la venta en los pueblos --otra cosa es que se compre-- porque la gente se ha movilizado para deshacerse de propiedades. Ocurre en Vilafamés, Borriol, Llucena, en lo que es el interior, a partir de 35.000 ó 40.000 euros. Y en la costa, están los habituales, como Orpesa, Moncofa, Xilxes,..--y Benicàssim, que sigue con poca oferta y cara--. Aún así, Castellón es más asequible que Valencia o Alicante».

El ránking y la evolución

En 2022, donde más viviendas se vendieron fue en costa, en Castelló (2.507 inmuebles vendidos por su capitalidad), Orpesa (1.128), Vinaròs (680), Burriana (664) y Peñíscola (553). El ránking del interior --dejando a un lado localidades grandes como Vila-real (651), Onda (401), la Vall d’Uixó (332) -- sitúa en lo alto a Cabanes (con 221, aunque tiene parte de costa en la Ribera de Cabanes), Sant Jordi (152) Segorbe (142), l'Alcora (123), Borriol (86), Sant Joan de Moró (75), Betxí (58), Altura (48), les Alqueries (41), Viver (40), Benassal (31) y Jérica (29). Pero cuatro pueblos obtuvieron cero ventas; y en evolución interanual, el mayor crecimiento se dio en Portell de Morella; y el menor, en Olocau, pero son cifras bajas --infografía--. 

El gerente de la inmobiliaria Casa Consults, Enrique Flor, que trabaja con segundas residencias de interior y costa, explica que «2021 y 2022 han sido los mejores en ventas en 25 años que trabaja, sobre todo, de extranjeros. Mediante ferias y agencias internacionales, se da a conocer Castellón, «un destino que a priori no existe en el mapa entre Tarragona y Alicante, pero cuando lo visitan destacan la calidad de vida, gastronomía y cercanía de la playa a 40 minutos de la montaña».

«Aquí viven como reyes»

El perfil de cliente, en el caso de Casa Consults, es un extranjero de 55 a 60 años, sobre todo, holandeses, alemanes --en este 2023, a raíz de la guerra de Ucrania y el alza del gas, buscan destinos de sol no usuales para ellos-- y belgas, que compran en Atzeneta, Useres, Vilafamés, Vall d’Alba, Serra d’en Garceran, Albocàsser... «Quieren venir a retirarse aquí, a vivir como reyes en una masía, no en el pueblo, sino en mitad del campo. Cambian por ejemplo un adosado en Holanda por una casa con terreno extenso, de 10.000 ó 20.000 m2, siempre piden como requisito que esté ya reformada, y se gastan de 120.000 a 180.000 euros», indicó. 

Otro tipo de comprador, pero en este caso nacional, invierte en propiedades inmobiliarias en la montaña pero en esta ocasión se trata de casas ubicadas dentro de los pueblos, como Culla, que son baratas pero precisan reforma. 

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