Castellón afronta el desafío de poner freno a la inflación y reactivar el azulejo

Pese a la moderación de los precios y el récord turístico alcanzado este verano, la situación de la industria lastra las expectativas

Castellón afronta el desafío de poner freno a la inflación y reactivar el azulejo

Castellón afronta el desafío de poner freno a la inflación y reactivar el azulejo / MEDITERRÁNEO

Elena Aguilar

Elena Aguilar

Las empresas son la columna vertebral de la economía y en los últimos años las casi 60.000 compañías y pequeños negocios de Castellón se han enfrentado a una interminable carrera de obstáculos. Primero fue el covid, que afectó seriamente a sus balances y convirtió su viabilidad en un desafío y, cuando parecía que el horizonte estaba mucho más despejado, la guerra en Ucrania lo volvió a poner todo patas arriba. El tsunami inflacionista y la crisis energética han sacudido al tejido empresarial y han dejado malherido al azulejo, el motor de la provincia. Y esos dos problemas, los precios y la crisis de la cerámica, encabezan los retos a los que ahora se enfrenta la economía de Castellón.

Pese a que la economía vive una situación de tira y afloja entre las fuerzas que impulsan el crecimiento y las que lo frenan, los aspectos contractivos hacen que el panorama no invite al optimismo. «La situación de la cerámica y su evolución complica mucho el hacer un pronóstico certero. Su evolución no es buena y,  por tanto, no podemos hacer proyección positiva de lo que ocurrirá en la provincia en los próximos meses en términos de empleo, renta disponible y crecimiento», apunta Luis Martí, presidente de la Confederación Empresarial CEV Castellón. Martí utiliza un símil médico para describir el momento por el que atraviesa la economía provincial. «Su pronóstico es reservado», afirma mientras añade que si la industria sufre (y el azulejo lo está haciendo), todo se resiente.

Radiografia económica 2023

Radiografia económica 2023 / MEDITERRÁNEO

El momento crítico por el que atraviesa la cerámica como consecuencia de los inasumibles precios del gas y la falta de ayudas públicas (el Gobierno anunció a finales del 2022 una ayuda directa de 450 millones de euros para los sectores gasintensivos, pero las empresas todavía no han visto ni un euro) constituye, sin duda, la principal barrera que impide a la economía de Castellón respirar a pleno pulmón. «Es nuestra principal debilidad. Los costes energéticos han situado a muchos fabricantes en una situación complicada y si no reducen márgenes no pueden competir. Y estamos hablando de un sector, el industrial, que cuando está bien crea empleo de alto valor añadido», defiende Jaime Querol, decano del Colegio Oficial de Economistas de Castellón. 

Objetivo: ganar competitividad

Querol insiste en que, a corto y medio plazo, la meta a alcanzar es ganar competitividad. «Eso se consigue con unas buenas infraestructuras y con empleo de calidad. Y también apostando por el interior, al que hay que dotar de infraestructuras y tecnología». 

Además de la crisis del azulejo, la economía de Castellón se enfrenta a otras debilidades. Y algunas están directamente relacionadas con la cerámica. Las exportaciones decrecen (en el primer semestre del año han caído casi un 15%); la producción industrial sigue sin levantar cabeza y la inflación, pese a que está lejos de los valores del 2022, no acaba de bajar

Pero no todo es negativo. Entre las fuerzas expansivas destacan la mejora del empleo (a pesar de los malos datos de agosto hay 2.000 afiliados más a la Seguridad Social que hace un año) y un verano turístico de récord. «El problema es que solo de este sector la economía no tira todo el año», insiste el presidente de CEV Castellón.

Análisis por sectores

La cerámica se enfrenta al reto de la descarbonización

Los elevados precios del gas natural, el principal combustible que utiliza la industria cerámica para fabricar los pavimentos y revestimientos, han evidenciado la necesidad de que el principal sector económico de Castellón de pasos de gigante en la carrera por la descarbonización. Compañías como Pamesa y Porcelanosa  llevan la avanzadilla en la fabri ción 100% libre de emisiones, pero el hito podría llegar con la planta de hidrógeno verde que proyecta la multinacional bp en el polígono del Serrallo (Hyval), y que supondrá 2.000 millones de euros en inversión.

Pero para producir hidrógeno van a ser imprescindibles las plantas solares. En Castellón hay proyectados más de medio centenar de huertos solares y, al menos, otra media docena de megaplantas. Entre estas últimas destacan el proyecto Magda, en les Coves de Vinromà, y Arada Solar, en la Vall d’Uixó, Xilxes y Moncofa, que cuentan con amplio rechazo social. 

El turismo sigue sin superar el lastre de la estacionalidad

La industria turística ha vivido un verano de euforia tras la pesadilla de la pandemia. La temporada del 2022 ya fue buena, pero los meses de julio y agosto de este año han permitido al sector volver a colgar el cartel de completo y recuperar parte de la rentabilidad perdida. Y eso que en Castellón los precios de los hoteles no han subido tanto como en el conjunto de la Comunitat.

Así, mientras que la tarifa media diaria (ADR por sus siglas en inglés) de los hoteles en la Comunitat se ha situado este verano por encima de los 120 euros (un 8,5% más que en 2022), en la provincia se ha quedado en 106,6 euros, un 4,14%.

A los hoteles los números les vuelven a salir, pero el gran reto a superar sigue siendo romper con la estacionalidad. Pasan los años y Castellón, que depende en un 80% del turismo nacional, solo logra llenar en julio y agosto y los líos del Imserso (este año el programa se ha paralizado) no ayudan a revertir la situación. 

Baja rentabilidad y plagas amenazan la citricultura

La citricultura sigue siendo la joya de la agricultura de Castellón y eso que este sector ya no es lo que fue. Los altos costes de producción, la entrada cada vez más masiva de fruta foránea y, sobre todo, unos precios en el campo que dan para más penas que alegrías, han sumido a la naranja en una crisis permanente. Y eso que este año la cotizaciones de la clemenules, la variedad reina en Castellón, invitan al optimismo. En el campo se están cerrando operaciones de compraventa incluso a 0,50 euros el kilo, aunque está por ver si esos valores van a compensar la drástica caída de la producción.

Con el inicio de la temporada a la vuelta de la esquina, los productores de Castellón se enfrentan más que nunca a una amenaza que vuelve a llegar de fuera. Países como Sudáfrica y Egipto están inundando Europa de cítricos con plagas tan peligrosas como la mancha negra o la falsa polilla mientras la Comisión da la callada por respuesta. 

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